
Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.




El fútbol ha sido durante mucho tiempo un deporte donde la pasión se encuentra con el comercio, sin embargo, la línea entre la verdadera lealtad y el oportunismo se ha vuelto cada vez más difusa. La industria de camisetas falsas en constante crecimiento es un ejemplo primordial de este fenómeno, revelando tanto el fervor de los aficionados como la naturaleza explotadora del merchandising futbolístico. Con la combinación de precios desorbitados para productos auténticos y una creciente crisis del coste de la vida, muchos aficionados están recurriendo a las camisetas falsificadas como una alternativa asequible. Como informó Adam Leventhal de The Athletic, el mercado de camisetas de fútbol falsificadas ha explotado, particularmente en la Premier League, donde el merchandising genuino genera alrededor de £500 millones al año. Solo la temporada pasada, se gastaron aproximadamente £200 millones en camisetas falsas. Esta sorprendente cifra destaca la desconexión entre lo que los clubes cobran por el merchandising oficial—que a menudo supera los £120—y la realidad financiera que enfrentan muchos aficionados. Como articuló el influencer de redes sociales Peasy, para los aficionados más jóvenes, gastar tales cantidades en una camiseta es simplemente injustificable. El atractivo de las camisetas falsificadas, que se venden por tan solo £8, es difícil de resistir, especialmente en un entorno donde muchos se sienten excluidos del juego que aman. Sin embargo, las consecuencias de este floreciente comercio ilícito son graves. Las camisetas falsificadas no solo plantean riesgos legales—posibles penas de prisión para quienes participan en su distribución—sino también preocupaciones de salud y seguridad. Los materiales utilizados en estas camisetas falsas a menudo son de calidad inferior, careciendo de los rigurosos estándares de producción de los productos legítimos. Las autoridades han descubierto vínculos entre la producción de falsificaciones y el crimen organizado, lo que complica aún más el problema. China sigue siendo un centro clave para la producción de falsificaciones, con operaciones significativas reportadas en ciudades como Hangzhou. El alcance de estos productos falsificados se extiende a Europa, con Malta actuando como un punto de acceso crítico para los envíos ilícitos. Un inspector en Malta, Randolph Mizzi, ha señalado las posibles conexiones de este comercio con problemas globales graves como el terrorismo y el trabajo infantil, lo que ha llevado a las autoridades a destruir agresivamente el stock de falsificaciones cuando son incautadas. Si bien las ramificaciones legales pueden disuadir a algunos, la asequibilidad de las falsificaciones sigue impulsando la demanda. La situación se agrava por los costos crecientes asociados con ver fútbol en vivo, como lo evidencian las recientes protestas de los aficionados del Manchester United contra la propiedad del club. Miles expresaron su frustración por los precios de las entradas y la insatisfacción continua con la gestión de la familia Glazer. A medida que el control operativo se traslada al socio minoritario INEOS, las quejas de los aficionados parecen simplemente resonar en el vacío, destacando una creciente brecha entre los propietarios del club y los seguidores que los sostienen. En marcado contraste, la Premier League continúa viendo acción en el campo. Mientras el Manchester United lucha en una temporada desafiante, equipos como el Nottingham Forest están prosperando, logrando una sorprendente victoria reciente contra el Manchester City y asegurando un lugar cerca de la parte alta de la tabla. Mientras tanto, la rivalidad entre Arsenal y Liverpool sigue siendo feroz, con las esperanzas de título del Arsenal desvaneciéndose mientras el Liverpool mantiene una ventaja significativa. A medida que la industria de camisetas falsificadas florece y los precios de los productos auténticos se disparan, el futuro de la relación del fútbol con sus aficionados se encuentra en una encrucijada. ¿Reconocerán los clubes la necesidad de precios más accesibles, o continuará el comercio de falsificaciones llenando el vacío? En un mundo donde la conexión genuina con el juego se está convirtiendo cada vez más en una mercancía, la respuesta sigue siendo incierta, al igual que el destino de aquellos que se atreven a caminar la delgada línea entre la lealtad y la necesidad en el hermoso juego.