Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La economía de la provincia de Valencia enfrenta un momento crucial tras el impacto de la Dana que tuvo lugar el pasado 29 de octubre. Según un análisis reciente del BBVA Research, la recuperación del Producto Interno Bruto (PIB) valenciano podría ser más rápida de lo anticipado, siempre y cuando las ayudas gubernamentales lleguen con la celeridad necesaria. Este informe resalta la importancia de las medidas de apoyo para las empresas afectadas, lo que podría permitir que el PIB retome su curso en menos de un año. El área perjudicada por la riada es responsable de generar el 32% del PIB de la provincia y cuenta con una proporción significativa de trabajadores afiliados a la Seguridad Social. BBVA estima que el daño causado por la Dana podría haber provocado una caída del PIB de Valencia de 1,6 puntos en el cuarto trimestre de 2024, mientras que para la Comunidad Valenciana se calcula un descenso del 0,5%. Este panorama ha llevado a una revisión a la baja del crecimiento esperado para el próximo año, fijándolo en un 2,9%. Durante la presentación del informe, Rafael Doménech, responsable de Análisis Económico de BBVA Research, y José Manuel Mieres, director territorial de la entidad en el este de España, señalaron que la velocidad de reactivación de la economía dependerá de la efectividad y rapidez con que se desplacen las ayudas a los sectores golpeados. Se estima que, si se cumplen estas condiciones, el crecimiento en la Comunidad Valenciana podría estabilizarse en torno al 2,7% durante 2025 y 2026. Los datos recientes indican que, a pesar de las dificultades, la afiliación a la Seguridad Social en la provincia de Valencia se ha acercado a los niveles previos a la Dana. Sin embargo, las zonas más afectadas siguen enfrentando desafíos en su capacidad productiva. Hasta finales de diciembre, se registraron 10.626 trabajadores en situación de Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), una cifra que contrasta con la media de 1.233 en el año anterior a la catástrofe. Las estimaciones iniciales de la Generalitat sobre los daños causados por la Dana superan los 10.000 millones de euros. Hasta el momento, se han aprobado ayudas que ascienden a 16.600 millones de euros por parte del Estado, de los cuales se han abonado 1.162 millones, y 1.324 millones de la Generalitat Valenciana, de los cuales 210 millones ya han sido transferidos. Estas cifras representan un 1,1% del PIB nacional y un 11,8% del PIB de la Comunidad Valenciana. La capacidad de la economía valenciana para recuperarse del impacto de la Dana dependerá en gran medida de la eficacia de la implementación de estas ayudas. Un escenario óptimo de ejecución podría movilizar recursos equivalentes al 9,3% del PIB regional, lo que contribuiría a un dinamismo económico superior al previsto. Sin embargo, si la ejecución es ineficaz y el multiplicador fiscal se sitúa en niveles bajos, la recuperación podría extenderse más allá de un año. El informe de BBVA también señala un empeoramiento relativo en los datos de actividad económica en comparación con el conjunto del país, especialmente en lo que respecta a las exportaciones y el turismo. Las áreas más golpeadas continúan mostrando signos de debilidad, lo que podría frenar la recuperación hasta que las condiciones mejoren y la llegada de las ayudas se haga efectiva. De esta manera, la economía valenciana se encuentra en una encrucijada. Las decisiones tomadas en las próximas semanas y meses serán cruciales para determinar si Valencia puede regresar a su trayectoria de crecimiento anterior a la Dana, o si, por el contrario, se verá obligada a lidiar con un periodo prolongado de estancamiento. La conclusión es clara: la recuperación económica de la provincia de Valencia no solo es posible, sino que puede ser rápida, siempre que se actúe con decisión y prontitud en la distribución de ayudas. La comunidad y sus economistas miran atentamente hacia el futuro, esperando que las lecciones aprendidas de esta crisis se traduzcan en acciones efectivas para evitar que situaciones similares afecten nuevamente su desarrollo económico.