Terremoto de magnitud 3.8 sacude Nueva Inglaterra, despierta interés y curiosidad sobre los riesgos sísmicos.

Terremoto de magnitud 3.8 sacude Nueva Inglaterra, despierta interés y curiosidad sobre los riesgos sísmicos.

Un terremoto de magnitud 3.8 golpeó cerca de York Harbor, Maine, sorprendiendo a los residentes pero sin causar lesiones ni daños, lo que genera preocupaciones sísmicas.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Desastres Naturales

El lunes, un terremoto de magnitud 3.8 sacudió la costa de York Harbor, Maine, sorprendiendo a los residentes de todo el sur de Maine, la costa de New Hampshire y gran parte de Nueva Inglaterra. El temblor, que ocurrió a 13.2 kilómetros por debajo de la superficie del océano Atlántico, provocó una avalancha de llamadas a los centros de despacho de seguridad pública, aunque, notablemente, los funcionarios informaron que no hubo heridos ni daños materiales tras el evento. Este terremoto ha reavivado el interés y la preocupación sobre la actividad sísmica en la región, llevando a muchos a preguntarse sobre su rareza y el potencial de réplicas. Según el Servicio Geológico de EE. UU. (USGS), ha habido más de 50 terremotos registrados en Maine y New Hampshire desde el año 2000, pero los incidentes de esta magnitud no son frecuentes. El temblor ahora se clasifica como el tercero más fuerte en la región en este siglo, después de un terremoto más fuerte de magnitud 4.7 cerca de Hollis, Maine, en 2012. Expertos de la Universidad de New Hampshire, Sophie Coulson y Majid Ghayoomi, comentaron sobre la naturaleza de este evento sísmico. Señalaron que, aunque los terremotos más pequeños ocurren periódicamente, la ocurrencia de un temblor sentido por un número tan significativo de personas es, de hecho, rara para la región. "Generalmente en Nueva Inglaterra, vemos estos terremotos algo más grandes cada cinco años aproximadamente," explicó Coulson, enfatizando que la sensación de temblor experimentada por los locales fue una experiencia inusual. El contexto geológico de este evento se remonta a cientos de millones de años con la formación de las Montañas Apalaches, cuando dos continentes colisionaron. Esta antigua actividad tectónica dejó fallas—"planos de debilidad preexistentes"—que pueden provocar terremotos. Coulson sugirió que el reciente temblor fue causado por cambios de presión en el océano Atlántico, que están siendo empujados hacia la tierra a medida que las placas tectónicas se desplazan. A pesar de la emoción y la preocupación en torno al terremoto, los expertos creen que la probabilidad de réplicas es baja. "Normalmente esperaríamos que las réplicas sean más pequeñas que el evento principal, así que si hay réplicas de este evento en las próximas horas o días, pueden ser lo suficientemente pequeñas como para que en realidad no las sintamos," dijo Coulson. El USGS ha estimado un 13% de probabilidad de al menos una réplica de magnitud 3.0 o mayor en la próxima semana. El fuerte ruido reportado por muchos residentes durante el terremoto también ofrece información sobre sus características. Ghayoomi señaló que tal sonido indica una profundidad poco profunda del temblor, sugiriendo una liberación significativa de presión acumulada. Muchos residentes compararon la experiencia con una explosión o un vehículo pesado chocando contra una estructura, destacando la naturaleza dramática del incidente. Incluso con el potencial de réplicas menores, Ghayoomi señaló que los pequeños terremotos pueden tener un propósito práctico. "Los pequeños terremotos a menudo no son malos porque aumentan la conciencia de las personas," comentó. No solo preparan a las comunidades, sino que también ayudan a liberar la energía acumulada en la corteza terrestre. En Star Island, una de las Isles of Shoals, los locales no reportaron cambios aparentes tras el terremoto. La cuidadora de invierno, Alexandra de Steiguer, describió su confusión inicial sobre el temblor, creyendo que un avión podría haber chocado contra la casa debido al fuerte rugido y el temblor que experimentó. Mientras la región procesa este sorprendente evento, muchos siguen curiosos sobre el estado de la actividad sísmica en Nueva Inglaterra. Aunque la probabilidad de otro terremoto sustancial sigue siendo incierta, los expertos enfatizan que la composición geológica de la región es capaz de producir temblores ocasionales, manteniendo a los residentes en alerta, pero también educados sobre la naturaleza de estos fenómenos.

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