Amenazas de Tsunami: Comprendiendo las Fuerzas de la Naturaleza y Manteniéndose Seguro en las Costas de Canadá

Amenazas de Tsunami: Comprendiendo las Fuerzas de la Naturaleza y Manteniéndose Seguro en las Costas de Canadá

Los tsunamis, causados principalmente por terremotos submarinos, representan riesgos para todas las costas canadienses. La preparación es vital para las comunidades costeras que enfrentan estas mortales olas.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Los tsunamis se encuentran entre las fuerzas más formidables de la naturaleza, capaces de causar estragos en las comunidades costeras con poco aviso. Caracterizados como una serie de grandes y poderosas olas, los tsunamis son el resultado del desplazamiento repentino de agua, comúnmente debido a terremotos submarinos. Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), más del 80 por ciento de los tsunamis son provocados por actividad sísmica. Sin embargo, otros eventos como erupciones volcánicas o deslizamientos de tierra también pueden generar estas olas destructivas. En Canadá, la amenaza de un tsunami no se limita a la Costa Oeste; las tres costas están en riesgo. Recursos Naturales de Canadá indica que, en promedio, al menos un tsunami ha impactado al país cada 15 a 20 años desde principios de 1900. Mientras que la Costa Oeste experimenta la mayor actividad sísmica, fue una tragedia en Terranova la que marcó el evento de tsunami más mortal de Canadá. En 1929, un terremoto de magnitud 7.2 provocó un deslizamiento de tierra submarino en el Atlántico noroccidental, resultando en un tsunami que cobró la vida de 28 personas en la Península de Burin. Los tsunamis son alarmantes no solo por su potencial destructivo, sino también por su velocidad. Estas olas pueden viajar a través de las aguas profundas del océano a velocidades que superan los 700 km/h, equivalente a un avión a reacción en vuelo. Sin embargo, a medida que alcanzan aguas más someras cerca de la costa, disminuyen su velocidad, pero la energía de la ola provoca que aumente en altura, llegando a la orilla con una tremenda fuerza, capaz de inundar hogares y avanzar varios kilómetros tierra adentro. Un aspecto crucial de la seguridad ante tsunamis es entender que la primera ola no siempre es la más grande. Los tsunamis suelen consistir en una serie de olas, espaciadas desde minutos hasta horas. Esto significa que el océano puede inicialmente retroceder, exponiendo el lecho marino, solo para ser seguido por un aumento peligroso. Se insta a los residentes costeros a evacuar de inmediato a terrenos más altos si notan cambios inusuales en el nivel del mar. El catastrófico terremoto de 2011 frente a la costa de Japón sirve como un recordatorio conmovedor del poder devastador de los tsunamis. Este terremoto de magnitud 9.0 generó un tsunami que causó una destrucción generalizada, con olas que medían varios metros de altura. El impacto de este evento se sintió a través del Pacífico, con olas observadas a lo largo de las costas del sur de América del Sur horas más tarde. Es esencial que las comunidades costeras se mantengan alertas e informadas sobre las posibles amenazas de tsunamis, especialmente después de terremotos distantes o actividad volcánica. La mayoría de los tsunamis surgen de poderosos terremotos submarinos, particularmente en los límites de placas tectónicas convergentes, donde una placa se subduce debajo de otra. Este proceso puede desplazar rápidamente grandes volúmenes de agua, dando lugar a olas letales. Si bien los terremotos representan la mayoría de los eventos de tsunamis, los deslizamientos de tierra y las erupciones volcánicas también representan riesgos significativos. Los deslizamientos de tierra en cuerpos de agua pueden crear grandes olas con poco aviso, especialmente en áreas como la Costa Este de Canadá, donde existen riesgos de deslizamientos de tierra submarinos. En enero de 2022, una erupción volcánica en el suroeste del Pacífico provocó un tsunami que afectó a comunidades lejos del epicentro, demostrando el impacto de largo alcance de estos desastres naturales. Dado que el estado del océano puede cambiar sin previo aviso, es crucial que las personas que viven en áreas costeras tengan un plan de emergencia en su lugar. La conciencia y la preparación son esenciales, ya que el océano puede actuar con una inmensa furia, recordándonos las poderosas fuerzas que existen justo debajo de la superficie.

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