Los incendios forestales en California desatan un juego de culpas políticas mientras los líderes no logran actuar ante la crisis.

Los incendios forestales en California desatan un juego de culpas políticas mientras los líderes no logran actuar ante la crisis.

Los incendios forestales de California reavivan el debate sobre la preparación del estado, revelando fallas políticas e infraestructura insuficiente en la gestión de riesgos de incendios.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Desastres Naturales

Los incendios forestales en California se han convertido en un titular de verano demasiado frecuente, y el último aumento de incendios alrededor de Los Ángeles ha reavivado una tormenta política. A medida que las llamas arden, las preguntas sobre la preparación y respuesta del estado han tomado el centro del escenario. ¿Quién es realmente el culpable de esta crisis continua? El jefe de bomberos del condado de Los Ángeles declaró recientemente que la causa de los incendios forestales actuales sigue siendo incierta. Factores como los vientos fuertes, el comportamiento imprudente y posibles incidentes imitadores están entre las posibilidades. Sin embargo, la falta de claridad solo subraya un problema más profundo: la incapacidad de California para mitigar adecuadamente los riesgos de incendios forestales. Los desastres naturales son un hecho de la vida, y aunque los incendios forestales pueden surgir en diversas regiones, el impacto a menudo depende de la política pública. El enfoque de California ha sido criticado por una preparación e infraestructura insuficientes. El estado ha estado plagado de una grave escasez de agua durante años, principalmente debido a la falta de voluntad para invertir en la infraestructura necesaria para gestionarla eficazmente. Esto ha dejado a las comunidades aún más vulnerables cuando se producen incendios. Durante su mandato, el gobernador Gavin Newsom ha enfrentado un escrutinio sobre su manejo de la prevención de incendios forestales. Prometiendo una revisión integral del enfoque del estado hacia los incendios forestales poco después de asumir el cargo, la administración de Newsom supuestamente no ha cumplido con sus objetivos. Las investigaciones sugieren que exageró los logros de sus programas de prevención de incendios forestales en un asombroso 690%. Mientras tanto, el financiamiento para las iniciativas de prevención de incendios de Cal Fire se redujo en aproximadamente $150 millones, lo que contribuyó a una caída dramática en la producción de reducción de combustible de la agencia. La situación actual se ve agravada por decisiones del gobierno local. La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, recortó recientemente casi $20 millones del presupuesto del departamento de bomberos, un movimiento que pone en mayor peligro la preparación de la ciudad para desastres. Los críticos argumentan que tales decisiones fiscales reflejan un patrón de mala gestión que prioriza agendas políticas sobre la seguridad pública. La historia de California en políticas ambientales también juega un papel significativo en la exacerbación de los riesgos de incendios forestales. Las restricciones a las quemas controladas y la limpieza de maleza han limitado la capacidad del estado para gestionar eficazmente sus áreas boscosas. La litigación ambiental ha retrasado proyectos cruciales de reducción de combustible, dejando vastas extensiones de tierra desprotegidas y propensas a incendios catastróficos. Además, el enfoque en la diversidad, equidad e inclusión (DEI) en la contratación de bomberos ha suscitado un debate sobre las prioridades del departamento de bomberos de Los Ángeles. Los críticos afirman que priorizar características demográficas sobre la efectividad en la lucha contra incendios podría socavar la capacidad del departamento para responder adecuadamente a emergencias. A medida que el humo llena los cielos y se emiten órdenes de evacuación, queda claro que la crisis de incendios forestales en California no es simplemente un resultado de ocurrencias naturales, sino más bien una culminación de fracasos políticos y preparación inadecuada. El liderazgo del estado ha desviado consistentemente la responsabilidad, señalando a las autoridades locales y factores externos mientras elude su propia responsabilidad de implementar estrategias efectivas de gestión de incendios forestales. Con cada temporada de incendios forestales, la urgencia de abordar estos fracasos persistentes se vuelve más apremiante. Los californianos merecen algo mejor que un enfoque reactivo hacia su seguridad. Hasta que se realicen cambios significativos tanto en política como en práctica, es probable que el ciclo de destrucción continúe, dejando a los residentes preguntándose si sus líderes alguna vez aprenderán del pasado.

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