Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Meta ha dado un giro radical en su enfoque hacia la moderación de contenidos en sus plataformas al anunciar el fin de su programa de verificación de datos. Este cambio se produce en un contexto político sensible, a medida que Donald Trump se prepara para un nuevo mandato tras su victoria en noviembre. La compañía, que opera Facebook, Instagram y Threads, ha decidido dejar atrás una política que fue implementada para combatir la desinformación, lo que plantea serias interrogantes sobre la dirección que tomará en el futuro. El anuncio, realizado por Meta el martes, se presenta como un acto de contrición. Joel Kaplan, quien recientemente asumió el cargo de jefe de política global de Meta, expresó que la empresa se había desviado demasiado de sus principios en la última década. "Queremos deshacer el deslizamiento de la misión que ha hecho que nuestras normas sean demasiado restrictivas y propensas a una aplicación excesiva", declaró Kaplan. En lugar de depender de organizaciones externas para la verificación de datos, Meta cambiará su estrategia, permitiendo que los propios usuarios agreguen notas o correcciones a las publicaciones que puedan contener información delicada o engañosa. Esta estrategia recuerda al enfoque adoptado por X, la plataforma anteriormente conocida como Twitter, que utiliza un sistema similar de "Notas de la comunidad". Mark Zuckerberg, CEO de Meta, admitió en un video que esta nueva política conllevará el riesgo de que más contenido problemático permanezca en sus plataformas. "La realidad es que se trata de una compensación", aclaró, enfatizando que aunque se identificarán menos publicaciones engañosas, también se evitará la eliminación errónea de contenido legítimo. Este balance delicado entre la libertad de expresión y la responsabilidad social será central en este nuevo enfoque. La decisión de Meta parece estar alineada con las expectativas de la administración de Trump y sus partidarios en el ámbito conservador, que han criticado abiertamente a la compañía por sus esfuerzos anteriores para etiquetar contenido potencialmente falso. Desde que Trump hizo campaña sobre la supuesta parcialidad de las plataformas de redes sociales, Meta ha estado bajo presión para cambiar su enfoque y reparar su relación con la derecha política. Zuckerberg señaló que las recientes elecciones representaban un "punto de inflexión cultural" que exigía una revaluación de la moderación en sus plataformas. Este cambio ha sido acompañado por movimientos estratégicos en la estructura de liderazgo de la empresa, incluyendo la promoción de Kaplan, un ejecutivo con sólidos vínculos con el Partido Republicano, y la incorporación de Dana White, aliado de Trump, al consejo de Meta. La compañía ha mantenido conversaciones con funcionarios de Trump sobre estos cambios, lo que sugiere una alineación más estrecha con los valores de la nueva administración. Esta relación ha sido cultivada a través de gestos simbólicos, como la reciente cena entre Zuckerberg y Trump en Mar-a-Lago, donde también participaron otros personajes importantes del Partido Republicano. Este cambio abrupto de dirección también marca el fin de un programa que Meta instauró hace ocho años en respuesta a la crítica sobre la desinformación que se propagaba en su red. En 2016, Facebook enfrentó una intensa escrutinio por permitir que publicaciones de fuentes dudosas inundaran la plataforma, lo que llevó a la creación de asociaciones con organizaciones de verificación de datos. Los planes de Meta incluyen eliminar ciertas restricciones sobre temas controversiales y desplazar sus operaciones de moderación de contenido de California a Texas, en un intento por desvincularse de las acusaciones de sesgo político. Este movimiento ha sido interpretado como un esfuerzo por hacer que su moderación de contenidos sea menos susceptible a acusaciones de parcialidad. El futuro de la moderación de contenido en Meta es incierto. Con el regreso de Trump y un enfoque más laxo hacia la verificación de datos, la empresa deberá navegar por el delicado equilibrio entre la libertad de expresión y la responsabilidad de mitigar la desinformación. La comunidad de usuarios y los críticos de Meta estarán observando de cerca cómo se desarrollan estos cambios y las consecuencias que traerán para la plataforma y su impacto en el discurso público.