Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Un terremoto de magnitud 7.1 golpeó la ciudad sagrada de Shigatse en Tíbet el martes por la mañana, 7 de enero, cobrando la vida de al menos 95 personas e hiriendo a otras 130, según informes locales. El temblor inicial ocurrió a las 9:05 a.m., hora estándar de China, con el Servicio Geológico de EE. UU. (USGS) confirmando la magnitud del terremoto en 7.1, mientras que los funcionarios chinos lo reportaron como 6.8. El epicentro se ubicó debajo del condado de Dingri, en una región que alberga aproximadamente a 6,900 residentes dentro de un radio de 20 kilómetros del centro del sismo. Las evaluaciones preliminares indicaron daños sustanciales, con más de 1,000 casas reportadas como dañadas o reducidas a escombros. En respuesta a la catástrofe, el presidente Xi Jinping pidió "esfuerzos de rescate a gran escala" para minimizar las víctimas y salvar vidas. Las operaciones de rescate comenzaron rápidamente, con más de 1,500 bomberos y trabajadores de rescate desplegados en las áreas afectadas poco después del terremoto. Sin embargo, la situación sigue siendo grave, agravada por la ocurrencia de docenas de réplicas, algunas registrando hasta magnitud 4.4. Los informes indican que países vecinos, incluidos Nepal, Bután e India, también sintieron los temblores. Expertos del Servicio Geológico Británico han advertido que las réplicas pueden seguir representando una amenaza para la región durante meses, aunque se espera que la frecuencia disminuya después de unos días. La actividad sísmica se atribuye a las complejas dinámicas geológicas en juego entre las placas tectónicas euroasiáticas e indias. Esta área tiene un historial de terremotos significativos, incluido el devastador terremoto de Gorkha en 2015 en Nepal, que resultó en casi 9,000 muertes. El perfil geológico del Tíbet lo hace particularmente susceptible a tales desastres naturales, dado que los terremotos en esta región suelen surgir de movimientos a lo largo de fallas provocados por la colisión de placas tectónicas. La profundidad del terremoto del martes se registró en aproximadamente 6 millas (10 km) bajo la superficie, destacando la naturaleza precaria de esta zona sísmicamente activa. A medida que continúan los esfuerzos de rescate, la población local enfrenta no solo las secuelas inmediatas del terremoto, sino también la inminente amenaza de más réplicas, que podrían obstaculizar los esfuerzos de recuperación y reconstrucción en las próximas semanas. Con el historial de actividad sísmica de la región, tanto los residentes como los funcionarios son recordados de la naturaleza impredecible y a menudo devastadora de los terremotos, que ocurren con poco o ningún aviso.