La costa del Mar Negro enfrenta una inminente amenaza de terremoto, ya que los expertos advierten sobre riesgos importantes.

La costa del Mar Negro enfrenta una inminente amenaza de terremoto, ya que los expertos advierten sobre riesgos importantes.

El Prof. Dr. Osman Bektaş advierte que la costa del Mar Negro enfrenta graves riesgos sísmicos, instando a estar preparados para posibles terremotos de magnitud 6.6 o superior.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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En una advertencia contundente para los residentes y las autoridades locales, el ingeniero geológico Prof. Dr. Osman Bektaş ha expresado su preocupación sobre los riesgos sísmicos que enfrenta la costa del Mar Negro. Con un potencial de terremotos que podrían alcanzar magnitudes de 6.6 o más, la región debe prepararse para eventos geológicos significativos en cualquier momento. Esta alarmante predicción surge tras un reciente terremoto de magnitud 3.2 en el distrito de Akçaabat, en Trabzon, que ha suscitado preguntas sobre la estabilidad de la zona. El Prof. Dr. Bektaş destacó la precaria situación de la costa de Trabzon-Rize, situada entre dos importantes zonas sísmicas. Al sur se encuentra la notoria Falla Norte Anatólica, una de las fallas más activas de Turquía, mientras que al norte se extiende la falla del Mar Negro. Este escenario de doble amenaza coloca a las regiones costeras en un riesgo elevado de sufrir terremotos severos, que podrían tener consecuencias devastadoras. La Región del Este del Mar Negro ya ha experimentado su parte justa de desastres naturales, incluidos deslizamientos de tierra, caídas de rocas, inundaciones e inundaciones. Según el Prof. Dr. Bektaş, el aumento de la actividad sísmica —particularmente los pequeños terremotos a lo largo de la Falla Norte Anatólica— se ha relacionado con un incremento en la ocurrencia de deslizamientos de tierra. "El estrés en las fallas por estos terremotos es significativo y puede desencadenar eventos geológicos más grandes," explicó. Utilizando datos de la Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD), Bektaş presentó una escalofriante previsión: hay un 90% de probabilidad de que la falla del Mar Negro pueda producir un terremoto de magnitud 6.6 en los próximos 50 años, con un 10% de probabilidad de un terremoto aún mayor. La implicación es clara: la infraestructura y las prácticas de construcción en la región deben adaptarse para enfrentar estos desafíos sísmicos. Además, la geología de la costa del Mar Negro en sí misma presenta riesgos adicionales. Las áreas costeras de arena pueden agravar los efectos de un terremoto, aumentando la probabilidad de daños. Como señaló el Prof. Dr. Bektaş, "La combinación de suelos arenosos y actividad sísmica crea una tormenta perfecta para el desastre." Los recientes eventos sísmicos sirven como un precursor de los peligros potenciales que se avecinan. Las réplicas que siguieron al terremoto de 5.6 de magnitud en 2012 en la falla de Trabzon se sintieron profundamente en la zona costera, indicando un aumento en el estrés sobre las estructuras geológicas locales. De manera similar, el terremoto de 4.7 de magnitud en Çamlıhemşin, Rize, ha elevado las preocupaciones sobre la estabilidad de las laderas en la región, que ahora están experimentando deslizamientos de tierra activos. El Prof. Dr. Bektaş subrayó que los factores que conducen a los deslizamientos de tierra son multifacéticos. Si bien las lluvias son un desencadenante conocido, el constante ascenso de las montañas y el aumento de la sismicidad en la zona también contribuyen significativamente. "Estos terremotos de pequeño a mediano tamaño actúan como un martillo sobre las laderas, movilizando estructuras fracturadas e inestables," advirtió. A medida que la costa del Este del Mar Negro continúa lidiando con las repercusiones de la inestabilidad geológica, el mensaje es claro: la preparación es primordial. Los gobiernos locales y los residentes deben tomar medidas proactivas para fortalecer la región contra la amenaza de terremotos y deslizamientos de tierra, asegurando la seguridad y la resiliencia de las comunidades situadas en esta vulnerable área costera.

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