Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En una era donde las tácticas del fútbol parecen evolucionar con las efímeras tendencias de las redes sociales, Claudio Ranieri se erige como una figura atemporal, habiendo tomado las riendas de la AS Roma durante una de las fases más turbulentas del club. Con la fortuna del equipo en picada y los aficionados expresando su descontento, el entrenador de 73 años ha transformado a un plantel lleno de estrellas, pero disfuncional, en una unidad cohesionada, encarnando una vez más el espíritu del querido club que ha apoyado desde su infancia. El primer regreso de Ranieri a Roma estuvo marcado por la desesperación. El equipo languidecía en la 12ª posición, su peor inicio desde la temporada de 1974, y el espectro de la moral en declive se cernía sobre ellos. La jerarquía del club, tambaleándose por malas decisiones y las consecuencias de cambios de entrenadores de alto perfil, necesitaba desesperadamente una mano firme. Con los aficionados cada vez más inquietos y la atmósfera en el Estadio Olímpico tensa, Ranieri aceptó el desafío, optando no por la jubilación, sino por un regreso a la primera línea de la gestión. Su nombramiento significó un regreso a los fundamentos del fútbol que muchos habían pasado por alto en la prisa por la modernidad. En un mundo cada vez más enamorado del juego posicional complejo y las últimas modas tácticas, Ranieri ha elegido un enfoque más simple. Enfatizando la unidad y un espíritu colectivo, ha logrado infundir un sentido de identidad dentro del equipo. En lugar de forzar a las estrellas a ocupar posiciones poco favorecedoras —un problema que afectó a sus predecesores—, ha dispuesto inteligentemente la plantilla para maximizar sus fortalezas. Uno de los movimientos más astutos de Ranieri ha sido su manejo de las estrellas del club. Ganadores de la Copa del Mundo como Paulo Dybala, Leandro Paredes y Mats Hummels fueron mal gestionados en regímenes anteriores, pero bajo Ranieri han florecido. Dybala, en particular, ha regresado a su posición natural, una decisión que le ha permitido brillar. Ya no relegado a perseguir defensores, se ha convertido en el orquestador de las jugadas ofensivas de Roma, mostrando su capacidad para cambiar un partido con su puro talento. La semana culminó en un tenso derbi contra la Lazio, un partido que tenía un peso significativo tanto para los jugadores como para los aficionados. La decisión de Ranieri de reintegrar a Lorenzo Pellegrini, el capitán del club, quien había estado bajo un intenso escrutinio, resultó magistral. Pellegrini respondió con un impresionante gol inicial, reavivando su conexión con los aficionados y demostrando cómo la gestión de personas de Ranieri puede revivir no solo la forma de un jugador, sino también su confianza y espíritu. Sin embargo, no se trata solo de brillantez individual; el enfoque de Ranieri ha sido sobre el esfuerzo colectivo. El equipo parece rejuvenecido, transicionando de manera efectiva de la defensa al ataque con una cohesión que había estado gravemente ausente. Cada jugador parece entender su rol, contribuyendo a un renovado sentido de camaradería y propósito. El partido contra la Lazio no fue solo una victoria en la clasificación; fue una declaración de que Roma, bajo Ranieri, podría aspirar una vez más a la grandeza. A medida que avanza la temporada, las ambiciones de Roma permanecen atenuadas por su posición actual en la liga, que aún se encuentra fuera de los puestos de la Liga de Campeones. Sin embargo, el reciente resurgimiento bajo Ranieri ofrece esperanza. La jerarquía del club está considerando, según se informa, su próximo nombramiento de entrenador con una fuerte participación de Ranieri mismo, lo que plantea la tentadora posibilidad de que el técnico continúe más allá de esta temporada. La pregunta sigue siendo: ¿podrían los Friedkin, quienes han estado emocionalmente cargados en sus decisiones, mirar hacia el futuro con Ranieri al mando? Por ahora, el enfoque permanece en el campo. Ranieri ha enfrentado críticas sobre algunos de los nuevos fichajes del club y el estado general de la plantilla, pero ha desviado tales preocupaciones, eligiendo en su lugar disfrutar de la positividad de las actuaciones recientes. Como él mismo expresó, "Ahora somos un equipo. Todos saben qué hacer." Con cada partido, la identidad de Roma se está redefiniendo, y Ranieri está en el centro de ello, demostrando que en el mundo del fútbol, a veces los viejos métodos pueden seguir dando los mejores resultados. En un paisaje donde los vientos del cambio soplan con fuerza, Claudio Ranieri se mantiene firme, un testimonio de la naturaleza perdurable de las raíces del fútbol y el espíritu inquebrantable de un club que ha sido durante mucho tiempo el deseo de su corazón.