Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
A medida que Nevada enfrenta una multitud de estrés ambientales, incluyendo sequías y el cambio climático, se está revisitando la amenaza que representan los terremotos. Aunque la actividad sísmica ha sido en gran medida una preocupación secundaria para muchos residentes, los recientes eventos sísmicos han subrayado las vulnerabilidades de la envejecida infraestructura de presas del estado. El estado supervisa más de 600 presas, de las cuales casi una cuarta parte están clasificadas como de alto riesgo, lo que significa que su falla podría representar una amenaza para la vida y la propiedad. La reciente actividad sísmica comenzó con un significativo terremoto de magnitud 7.0 frente a la costa de California el 5 de diciembre, que envió ondas a través de Nevada, impactando notablemente el hábitat del raro pez de la cueva de Devil's Hole en el Parque Nacional del Valle de la Muerte. Solo unos días después, un terremoto de magnitud 5.8 sacudió el área de Yerington, causando interrupciones menores pero sirviendo como un recordatorio contundente de las realidades geológicas de Nevada. Aunque no se reportaron daños graves, los funcionarios estatales y los sismólogos son muy conscientes de que las consecuencias podrían ser graves si tales eventos ocurrieran más cerca de centros urbanos como Las Vegas o Reno. Christie Rowe, directora del Laboratorio Sismológico de Nevada, enfatiza que, aunque Nevada no ha experimentado un terremoto significativo en un área poblada durante décadas, el potencial de que ocurra uno sigue presente. Con el estado experimentando un promedio de un terremoto de magnitud 6 por año, los funcionarios destacan la importancia de la preparación, particularmente con una infraestructura que no ha estado a la altura de los estándares de ingeniería modernos. Un enfoque principal es la presa de Marlette Lake, una de las más antiguas del estado, que recientemente ha recibido financiamiento federal para mejoras. Esta presa de tierra, construida hace más de 150 años, es crítica ya que sirve como fuente de agua para múltiples comunidades del norte de Nevada. Dada su antigüedad y la alta actividad sísmica en la región, la presa ha sido clasificada como una "presa de alto riesgo", con inspecciones que revelan un riesgo sustancial de falla en caso de un terremoto significativo. Una ruptura podría no solo inundar las carreteras cercanas, sino también amenazar la calidad del agua del lago Tahoe, un recurso recreativo y ambiental vital. Keith Conrad, jefe de seguridad de presas en la División de Recursos Hídricos de Nevada, señala que el reciente apoyo federal para la modernización de la presa de Marlette Lake es esencial para mitigar el riesgo. "Si saben que esa presa es vulnerable, me alegra mucho que estén realizando trabajos preventivos", dijo Rowe. "Va a ser mucho menos costoso que si la presa falla." Este enfoque proactivo es crítico dado el envejecimiento de la infraestructura en todo Nevada, donde la mayoría de las presas fueron construidas antes de que se implementaran regulaciones estatales integrales en 1955. El panorama actual de la seguridad de presas en Nevada es preocupante; un informe de 2018 de la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles calificó las presas del estado con un "D+" en general, indicando que están "En Riesgo". Además, un informe de 2023 del Inventario Nacional de Presas confirmó que muchas de estas estructuras se encuentran en condiciones justas a malas. Casi una cuarta parte de las presas monitoreadas por el estado están clasificadas como de alto riesgo, principalmente en las áreas de Reno/Tahoe y Las Vegas. Si bien el enfoque en la preparación para terremotos es crucial, también es significativo reconocer el contexto histórico de Nevada. El estado ha visto su parte de fallas de presas en el pasado, con incidentes notables en 1876 y 1955 que llevaron a inundaciones sustanciales y pérdida de vidas. Aunque nunca ha habido una declaración de emergencia federal en Nevada debido a la falla de una presa, el potencial de desastre se cierne a medida que la infraestructura del estado envejece y los riesgos sísmicos persisten. En respuesta a estos desafíos, la División de Recursos Hídricos de Nevada ha comenzado a redactar planes de acción de emergencia para todas las presas de alto y significativo riesgo, y ha activado estos planes en varias ocasiones cuando se han notado signos de estrés. Estos esfuerzos, combinados con el apoyo federal para mejoras críticas, representan un paso vital hacia garantizar la seguridad y resiliencia de la infraestructura hídrica de Nevada. A medida que el cambio climático, la sequía y el potencial de terremotos continúan amenazando la vida y la infraestructura, el estado debe permanecer alerta. La modernización de la presa de Marlette Lake es solo un ejemplo de las acciones necesarias que se están tomando para fortalecer la infraestructura contra riesgos futuros, pero destaca una necesidad más amplia de evaluaciones y mejoras integrales en la seguridad de las presas a nivel estatal. Los nevadenses pueden a menudo pasar por alto los terremotos, pero como nos recuerdan los recientes temblores, la vigilancia y las medidas proactivas son esenciales para proteger a las comunidades de posibles desastres que acechan bajo la superficie.