El volcán Kīlauea erupciona de manera espectacular, el USGS eleva la alerta al nivel de advertencia ante los peligros.

El volcán Kīlauea ha estado en los titulares al finalizar el año con una impresionante exhibición de fuentes de lava que emergen de fisuras dentro de su caldera en la cima, conocida como Kaluapele. El Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS) ha respondido a esta erupción significativa elevando el nivel de alerta del volcán Kīlauea de ADVERTENCIA a ALERTA y actualizando su código de color para aviación de AMARILLO a ROJO. Este cambio refleja una mayor preocupación tanto por el área inmediata como por los peligros potenciales que pueden extenderse a sotavento. Las imágenes de la cámara web revelan una serie impactante de fisuras que expulsan vibrantes fuentes de lava, contribuyendo a un flujo que se mantiene dentro de los límites del Parque Nacional de los Volcanes de Hawái. Si bien el espectáculo visual de la actividad volcánica puede ser hipnotizante, son los peligros asociados—específicamente los altos niveles de gases volcánicos como vapor de agua, dióxido de carbono y dióxido de azufre—los que representan una seria preocupación. Estos gases pueden desplazarse mucho más allá del sitio de erupción, afectando potencialmente la calidad del aire y la salud pública. El dióxido de azufre, en particular, puede crear smog volcánico, comúnmente conocido como vog, que puede provocar problemas respiratorios y daños ambientales, incluyendo lluvia ácida que afecta los cultivos. Kīlauea es conocido por ser uno de los volcanes más monitoreados del mundo. El volcán está equipado con una amplia gama de instrumentos científicos que no solo miden la actividad sísmica, sino que también analizan las emisiones de gases de sus respiraderos. Estos esfuerzos de monitoreo son críticos para evaluar el estado del volcán y predecir su comportamiento futuro. Históricamente, Kīlauea es conocido por una combinación de erupciones efusivas y explosivas. Si bien típicamente exhibe un estilo de erupción efusiva más suave, caracterizado por la lava que fluye de manera constante desde fisuras, puede cambiar a fases explosivas. Eventos explosivos notables en el pasado incluyen una serie de erupciones en mayo de 1924, que expulsaron materiales volcánicos a gran altura en la atmósfera. En años recientes, erupciones significativas también han causado una considerable destrucción, como el catastrófico flujo de lava en mayo de 2018 que destruyó más de 700 casas. Lo que distingue a Kīlauea de muchos otros volcanes es su único mecanismo eruptivo, a menudo comparado con una dinámica de "cohete de pisotón". Durante las erupciones efusivas, el vaciado gradual del reservorio de magma puede llevar al colapso del techo rocoso que lo cubre. Este colapso resulta en un aumento rápido de la presión, forzando gases y escombros a través de los respiraderos del cráter, lo que desencadena actividad explosiva. A medida que Kīlauea continúa cautivando a los espectadores con sus exhibiciones naturales, el USGS se mantiene vigilante. El monitoreo continuo determinará si son necesarios ajustes en el nivel de alerta o en el código de color para aviación, según los cambios en la actividad volcánica. El USGS está comprometido a informar al público a través de Avisos de Actividad Volcánica si surgen desarrollos significativos. Mientras tanto, se aconseja a residentes y visitantes que se mantengan informados y presten atención a las advertencias mientras este volcán dinámico muestra las fuerzas de la naturaleza en constante cambio.