La batalla de Malawi contra el caos climático: Medios de vida y ambiciones amenazados por desastres.

La batalla de Malawi contra el caos climático: Medios de vida y ambiciones amenazados por desastres.

Malawi enfrenta una grave crisis debido al cambio climático, con desastres recientes que han costado 1.19 mil millones de dólares y amenazan sus objetivos de desarrollo.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Malawi enfrenta una crisis en aumento, ya que los eventos climáticos extremos, impulsados por el cambio climático, continúan causando estragos en los objetivos de desarrollo de la nación. La reciente historia del país está marcada por una serie de desastres devastadores, incluido el ciclón Freddy, que inundó el sur de Malawi en marzo de 2023, dejando a su paso un rastro de destrucción y desesperación. Mientras la nación ha estado esforzándose por recuperarse de los impactos de ciclones y tormentas anteriores, el ciclo implacable de desastres relacionados con el clima representa una amenaza significativa para su estabilidad económica y el bienestar social. Durante los últimos seis años, Malawi ha experimentado una serie de eventos climáticos catastróficos, incluidos la tormenta tropical Ana y los ciclones Idai y Gombe, agravados por los efectos continuos del fenómeno de El Niño. El Departamento de Asuntos de Gestión de Desastres (Dodma) informa que entre 2015 y 2023, estos desastres han costado al país la asombrosa cifra de 1.19 mil millones de dólares estadounidenses. Fedson Chikuse, director adjunto de recuperación de Dodma, indica que la magnitud total del daño económico aún se está evaluando, con costos de recuperación estimados en alrededor de 1.7 mil millones de dólares, destinados principalmente a apoyar a las familias afectadas por estos desastres y reconstruir infraestructura crítica, particularmente en la agricultura, que es la columna vertebral de la economía de Malawi. El impacto de estos desastres no es solo económico; es profundamente personal para muchos residentes. Pilirani Mtupa, una madre de Mbenje en el distrito de Nsanje, compartió su desgarradora experiencia de perder su hogar y su ganado a causa del ciclón Idai. Al igual que muchos otros, no ha podido cultivar su tierra y apoyar a su familia debido a los desastres recurrentes. “Desde 2019, hemos enfrentado más desastres que suerte aquí”, lamentó, destacando la lucha continua de las familias para recuperarse de las pérdidas acumuladas. Las cifras cuentan una historia sombría: el ciclón Idai fue responsable de daños estimados en 220 millones de dólares en 2019. La devastación continuó con la tormenta tropical Ana en 2022, que dejó a comunidades enteras sin electricidad y afectó significativamente la producción agrícola al destruir más de 115,000 hectáreas de cultivos. El reciente ciclón Freddy, conocido por su duración e intensidad sin precedentes, causó daños estimados en 506.7 millones de dólares y dejó al país tambaleándose por sus consecuencias. La situación empeoró con la llegada de El Niño a principios de 2024, que provocó un prolongado periodo de sequía que afectó a casi dos millones de hogares agrícolas, según evaluaciones preliminares del gobierno. El presidente Lazarus Chakwera declaró un estado de desastre, revelando que los daños a los cultivos de maíz por sí solos requerirían aproximadamente 600,000 toneladas métricas de maíz para la respuesta humanitaria. El costo acumulativo de estos eventos climáticos extremos no solo amenaza los medios de vida inmediatos de los malawianos, sino que también socava las aspiraciones de desarrollo a largo plazo de la nación, encapsuladas en la visión Malawi 2063. Este ambicioso plan tiene como objetivo transformar al país en una nación industrializada de ingresos medios-altos y autosuficiente para 2063, con una tasa de crecimiento económico proyectada del 6%. Sin embargo, los desastres recientes han obstaculizado significativamente el progreso hacia estos objetivos, y Thomas Munthali, director general de la Comisión Nacional de Planificación de Malawi, expresa su preocupación de que el país pueda tener dificultades para alcanzar sus metas dentro del plazo previsto. La expresidenta Joyce Banda articuló la urgente necesidad de apoyo internacional en forma de financiamiento climático, enfatizando los fondos sustanciales requeridos para la adaptación y la recuperación. Aboga por un fondo de pérdidas y daños destinado a ayudar a naciones en desarrollo como Malawi a hacer frente a los impactos inmediatos y a largo plazo del cambio climático, estimando que necesitan alrededor de 1.3 billones de dólares anuales hasta 2030. La situación en Malawi sirve como un recordatorio contundente de la urgente necesidad de solidaridad y apoyo global para abordar los impactos del cambio climático. A medida que el país enfrenta los implacables desafíos que presentan los fenómenos climáticos extremos, sus aspiraciones por un futuro mejor están en la cuerda floja. Sin una asistencia internacional sustancial y una estrategia robusta para la adaptación climática, Malawi corre el riesgo de ver cómo sus sueños de desarrollo y prosperidad se desvanecen con cada tormenta sucesiva.

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