Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un momento crucial para la sostenibilidad ambiental, este mes se lanzó la primera guía del Pacto de los Plásticos de México, un esfuerzo conjunto que busca abordar el desafío que representan los plásticos en nuestro entorno. A medida que la preocupación por la contaminación plástica se intensifica, esta guía se presenta como una herramienta fundamental para el sector privado, ofreciendo un enfoque claro sobre diez tipos de plásticos considerados problemáticos y evitables en el contexto nacional. La guía se centra particularmente en los plásticos utilizados en envases y empaques de la industria de alimentos y bebidas, así como en productos de cuidado personal y del hogar. Estos plásticos han generado un volumen alarmante de residuos que se escapan al medio ambiente, lo que representa un riesgo tanto para la salud pública como para la biodiversidad. Diana Castro, académica y colaboradora del Pacto, advierte que, aunque se habla de una "era del plástico", este material no desaparecerá por completo; en lugar de ello, se busca una gestión más responsable y circular. Los plásticos destacados en la guía cumplen con criterios que demuestran su alta probabilidad de fuga al medio ambiente y su impacto negativo en la salud humana. Entre ellos se encuentran los microplásticos que se añaden intencionalmente a varios productos, así como aquellos que dificultan el reciclaje efectivo de otros materiales. Esta clasificación permite a las empresas y reguladores identificar y priorizar acciones para mitigar el impacto de estos materiales. Las estrategias propuestas en la guía son diversas y van desde la eliminación progresiva de ciertos plásticos hasta la sustitución por materiales menos dañinos. Entre las recomendaciones más impactantes se encuentra la eliminación de microplásticos en productos como exfoliantes y cremas, así como el llamado a reducir el uso innecesario de empaques plásticos en frutas que no requieren protección adicional. También se aboga por la sustitución de popotes desechables y etiquetas de PVC, así como la atención al poliestireno expandido, conocido popularmente como unicel. El rediseño de productos es otra de las estrategias consideradas. Se propone trabajar en el PET opaco o pigmentado, que complica los procesos de reciclaje. La idea es asegurar que los materiales mantengan su pureza, lo que facilitaría su reintegración en la cadena de reciclaje. Este enfoque no solo busca reducir la cantidad de plásticos que terminan en vertederos o en el océano, sino también mejorar la eficiencia del reciclaje existente. Además, la guía enfatiza la necesidad de impulsar los sistemas de reciclaje, especialmente en lo que respecta al poliestireno, que aunque es un material cuestionado, sigue siendo necesario para el envasado de productos como lácteos. Se propone una atención especial al acopio, la revalorización y la creación de infraestructura adecuada, lo que representa un paso importante hacia una economía circular en la que los plásticos puedan ser reutilizados efectivamente. El Pacto de los Plásticos de México, respaldado por organizaciones como WWF México y WRAP, busca crear un marco colaborativo que involucre a diversas empresas clave en la cadena de valor de los plásticos. Este esfuerzo conjunto es crucial para avanzar en la circularidad de estos materiales y en la protección del medio ambiente. En este sentido, se hace un llamado a la acción para que los sectores involucrados tomen decisiones que favorezcan prácticas sostenibles y responsables. El camino hacia la sostenibilidad no es sencillo, y la transición que propone esta guía requiere un compromiso serio y a largo plazo por parte de las empresas y los consumidores. Cada acción cuenta, y la colaboración será esencial para lograr los cambios necesarios que nos permitan salir del ciclo de consumo lineal que ha dominado la era del plástico. A medida que se implementen las estrategias propuestas en la guía, será fundamental monitorizar y evaluar los resultados para asegurar que los objetivos de sostenibilidad se cumplan. La esperanza radica en que, a través de la educación y la acción colectiva, se pueda avanzar hacia un futuro en el que la gestión de plásticos sea responsable y respetuosa con el medio ambiente. En conclusión, este esfuerzo no representa el fin del plástico, sino un llamado a la transformación de su uso. La guía del Pacto de los Plásticos de México ofrece un camino a seguir que prioriza la circularidad, la innovación y la responsabilidad, factores clave en la lucha contra la contaminación plástica y en la búsqueda de un equilibrio sostenible entre el desarrollo humano y la salud del planeta.