Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Dos décadas después del devastador tsunami del Océano Índico de 2004, surge una historia notable de supervivencia y resiliencia desde el corazón de Sri Lanka. Jayarasa Abilash, conocido anteriormente solo como "Baby 81", ha abrazado su identidad única y ahora está listo para embarcarse en el próximo capítulo de su vida mientras se prepara para la educación superior. El extraordinario viaje de Abilash comenzó a los apenas dos meses de edad, cuando fue arrastrado lejos de su familia durante el catastrófico tsunami que reclamó más de 35,000 vidas solo en Sri Lanka. Rescatado del barro por los primeros respondedores, fue registrado como paciente número 81 en un hospital local, ganándose el apodo que lo acompañaría durante años. Sus padres, Murugupillai Jayarasa y su madre, soportaron una angustiosa búsqueda de su hijo desaparecido, con Jayarasa pasando tres agonizantes días tratando de encontrar a sus seres queridos con poco más que la ropa que llevaba puesta. La reunión familiar no estuvo exenta de pruebas. Después de que una enfermera asumiera inicialmente el cuidado de Abilash, se desató un drama cuando otras nueve familias reclamaron al infante. El caso escaló rápidamente, requiriendo una prueba de ADN ordenada por la corte para establecer la paternidad, un procedimiento que era relativamente nuevo en Sri Lanka en ese momento. Finalmente, la prueba confirmó la identidad de Abilash como hijo de la familia Jayarasa, y se reunieron, atrayendo la atención de los medios internacionales, incluyendo una oportunidad para una entrevista en Estados Unidos. Ahora, mientras se prepara para sus exámenes finales de secundaria, Abilash sueña con obtener un título en tecnología de la información. Una vez objeto de burlas y del peso del escrutinio público, ha transformado su pasado en una fuente de fortaleza y humor. Al reflexionar sobre esos momentos difíciles, recuerda la incomodidad de ser recordado por su identidad a través de apodos como "el bebé del tsunami". Sin embargo, desde entonces ha abrazado el apodo, refiriéndose a "Baby 81" como su palabra clave personal, un guiño juguetón a su extraordinaria historia. A medida que Abilash continúa creciendo y aprendiendo, reconoce las complejidades del pasado de su familia. Si bien la atención mediática trajo esperanza y reconocimiento, también resultó en desafíos. La familia Jayarasa se encontró excluida de varios programas de ayuda debido a malentendidos sobre su situación financiera tras su viaje a Estados Unidos. Esto llevó a un sentido de aislamiento alimentado por rumores y celos dentro de su comunidad. Jayarasa, siempre el padre solidario, espera que su hijo lleve consigo gratitud por su supervivencia y canalice sus experiencias en ayudar a otros. Inspirado por la pérdida que presenciaron, ahorró dinero de su trabajo como peluquero para construir un monumento en su jardín en memoria de las víctimas del tsunami cuando Abilash cumplió 12 años. El monumento, que presenta cuatro manos en forma de cuenco, sirve como un recordatorio conmovedor tanto de la pérdida sufrida como de la resiliencia demostrada. Hoy, mientras "Baby 81" da el paso hacia la adultez, su historia se erige como un faro de esperanza y un testimonio de la capacidad del espíritu humano para superar. A medida que Abilash aspira a la educación superior y reflexiona sobre su viaje, se presenta no solo como un sobreviviente, sino también como una voz para una generación impactada por la tragedia, listo para abrazar su futuro mientras honra el pasado.