Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Los desafíos económicos actuales en Nigeria están teniendo un impacto devastador en la salud materna e infantil, llevando a muchas futuras madres a dar a luz en casa en lugar de en hospitales. Según la Sociedad de Ginecología y Obstetricia de Nigeria (SOGON), la incapacidad para costear los crecientes gastos asociados con los partos hospitalarios ha obligado a aproximadamente el 80 por ciento de las mujeres a optar por partos en casa, a menudo sin ninguna asistencia médica. El Dr. Habib Sadauki, presidente de SOGON, expresó su grave preocupación por esta tendencia durante una entrevista. Destacó que dar a luz en casa conlleva riesgos significativos, particularmente para aquellas que pueden experimentar complicaciones, como hemorragias excesivas durante o después del parto. “La hemorragia no tarda en matar. Si la hemorragia no se detiene de inmediato y la asistencia no llega de inmediato, la persona puede morir muy fácilmente”, advirtió Sadauki. El aumento de los costos de atención médica, exacerbado por la inflación, ha creado una situación insostenible para las mujeres vulnerables en Nigeria. Muchas encuentran difícil costear los gastos necesarios para la atención hospitalaria, que se ha vuelto cada vez más onerosa debido al clima económico actual. Esto no solo ha llevado a más partos en casa, sino también a una falta de supervisión médica calificada durante el parto. Sadauki instó a las futuras madres a buscar atención profesional en centros de salud, donde los proveedores de atención capacitados pueden manejar efectivamente las posibles complicaciones. Reiteró que el entorno del hogar no es adecuado para los partos, enfatizando la necesidad de supervisión calificada para mejorar la seguridad tanto de la madre como del recién nacido. El presidente de SOGON atribuyó la alarmante tendencia a varios factores, incluyendo la pobreza, la ignorancia y las condiciones inadecuadas de los hospitales. Señaló que, aunque existen hospitales, muchos carecen de suministros esenciales, y los pacientes a menudo se ven obligados a comprar los artículos necesarios de su propio bolsillo. Para agravar aún más el problema, la infraestructura en muchas instalaciones es insuficiente, con problemas como el suministro inconsistente de energía y la falta de agua potable. Además, se ha citado la actitud de algunos trabajadores de la salud hacia las mujeres en trabajo de parto como poco profesional, con informes de personal gritando a las pacientes durante el parto, lo que puede disuadir a las mujeres de buscar atención hospitalaria. Sin una intervención significativa para abordar la inflación en aumento y mejorar el acceso a la atención médica, Nigeria corre el riesgo de no cumplir con sus compromisos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en Salud y Bienestar para 2030. Informes recientes de UNICEF pintan un panorama desolador: el país presenta una tasa de mortalidad materna de 576 por cada 100,000 nacimientos vivos, y aproximadamente 262,000 bebés mueren al nacer anualmente. La tasa de mortalidad infantil se sitúa en 69 por cada 1,000 nacimientos vivos, siendo las principales causas de muerte en menores de cinco años enfermedades prevenibles como la neumonía, la malaria y la diarrea. UNICEF ha subrayado la urgente necesidad de contar con instalaciones de salud adecuadamente equipadas y con personal capacitado para garantizar un parto seguro para todas las mujeres. La organización afirma que “demasiadas madres y recién nacidos en Nigeria no están siendo atendidos por una partera o enfermera capacitada y equipada, y los resultados son devastadores.” Mantienen que si cada madre recibe la atención prenatal adecuada y cada recién nacido es entregado de manera segura, se podrían salvar innumerables vidas. La situación de las mujeres embarazadas en Nigeria destaca una crisis crítica de salud pública que requiere atención y acción inmediata tanto del gobierno como de los actores del sector salud. Asegurar que cada madre y cada niño reciba la atención que necesitan es fundamental para revertir las alarmantes tendencias en las tasas de mortalidad materna e infantil en el país.