Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En el mundo del fútbol, donde las apuestas son altas, los héroes anónimos a menudo trabajan tras bambalinas, moldeando la fortuna de los clubes a través de su experiencia y dedicación en el departamento médico. Robin Chakraverty, una figura experimentada en el campo, captura la esencia del rol cuando afirma: "Lo que tienes que hacer es equilibrar el riesgo todo el tiempo." Habiendo sido médico del equipo masculino de fútbol de Inglaterra y liderado las operaciones médicas en Wolverhampton Wanderers, reconoce la inmensa presión a la que se enfrentan los equipos médicos: sus decisiones pueden impactar la salud de los jugadores, influir en el mandato de un entrenador y, en última instancia, determinar el éxito de un club. A medida que el paisaje del fútbol ha evolucionado significativamente en el último cuarto de siglo, también lo han hecho los departamentos médicos dentro de los clubes. El personal médico de los equipos de la Premier League ha crecido dramáticamente desde los días en que el Manchester United dependía de solo dos fisioterapeutas y un masajista durante su temporada ganadora del triplete en 1999. Hoy en día, un club de primera categoría puede emplear hasta 25 especialistas, incluidos fisioterapeutas, científicos del deporte, nutricionistas y médicos, todos trabajando en conjunto para optimizar el rendimiento y el bienestar de los jugadores. Chakraverty destaca la difícil realidad de que los profesionales médicos no operan en un mundo ideal. "Si tu objetivo es puramente no sufrir una lesión, entonces eso es casi un trabajo imposible." El delicado acto de equilibrar la disponibilidad de los jugadores y gestionar el riesgo de lesiones es un desafío que define el rol del personal médico, que a menudo siente el peso de la responsabilidad sobre sus hombros. Este sentimiento es compartido por Andy Renshaw, quien supervisó el departamento médico del primer equipo del Liverpool durante la primera temporada de Jürgen Klopp. Renshaw describe cómo navega entre las diversas personalidades dentro de un plantel de treinta jugadores, así como las expectativas de los entrenadores que buscan recuperaciones rápidas de las lesiones. Sin embargo, señala que Klopp fomentó un ambiente de confianza, priorizando la preparación de los jugadores sobre los resultados inmediatos. Sin embargo, la colaboración entre el personal médico y la dirección no siempre es fluida. Las opiniones contradictorias y las prioridades diferentes pueden complicar el proceso de recuperación. Geoff Scott, quien fue jefe médico en el Tottenham, reflexiona sobre la necesidad de comunicación en todo el club, especialmente porque los entrenadores a menudo priorizan el rendimiento inmediato en los partidos, mientras que los jugadores pueden arriesgarse a sufrir más lesiones al exigirse demasiado pronto. La llegada de un nuevo entrenador también puede alterar el panorama médico. Los cambios en los métodos y estilos de entrenamiento pueden provocar un aumento en las lesiones, como lo notó Scott durante su tiempo en los Spurs. Esto resalta cómo los profesionales médicos deben ser adaptables, listos para recalibrar sus estrategias para alinearse con la dinámica cambiante del equipo. El papel del personal médico va más allá de la rehabilitación física; a menudo actúan como confidentes y consejeros para los jugadores que navegan por el costo emocional de las lesiones. Steve Hard, jefe médico en Portsmouth, relata experiencias personales al dar malas noticias a los jugadores, reconociendo la carga emocional que conllevan estas conversaciones. Los momentos más desgarradores ocurren cuando los sueños de un jugador se ven truncados por una lesión, y el médico debe no solo proporcionar atención, sino también apoyo emocional. Las exigencias del rol a menudo difuminan las líneas entre la vida profesional y personal, especialmente durante la temporada navideña, que suele ser una de las más ocupadas para los clubes. El personal médico permanece de guardia, equilibrando compromisos laborales con obligaciones familiares, una realidad que Anthony resume de manera sucinta: "No puedes simplemente apagar tu teléfono." A medida que los departamentos médicos continúan adaptándose y creciendo, la introducción de la tecnología está moldeando el futuro de la medicina deportiva. Innovaciones como el seguimiento GPS y la inteligencia artificial están revolucionando la forma en que los equipos médicos monitorean el rendimiento de los jugadores y predicen lesiones potenciales. La esperanza es que estos avances mejoren la precisión del análisis de datos y mejoren la toma de decisiones. A pesar de los desafíos y presiones, la dedicación del personal médico hacia sus jugadores sigue siendo inquebrantable. La alegría de ver a un jugador regresar a su máximo rendimiento después de una larga lesión es una recompensa profunda por sus esfuerzos. Scott recuerda la emocionante experiencia de observar a los jugadores del Tottenham durante su notable campaña en la Liga de Campeones, un logro que subrayó los frutos del trabajo del equipo médico. En resumen, la vida de un profesional médico dentro de un club de fútbol es un complejo tapiz tejido con cuidado, presión y pasión. El equilibrio entre el bienestar de los jugadores y el rendimiento del equipo sigue siendo una lucha constante, pero las recompensas de ver a los jugadores triunfar sobre la adversidad y la camaradería dentro del equipo hacen que los sacrificios valgan la pena. A medida que se acerca la agitada temporada de partidos festivos, estos dedicados individuos continuarán navegando por el desafiante panorama, asegurando que la salud de los jugadores sea tanto una prioridad como una pasión.