Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Los hallazgos de un análisis reciente publicado en The Lancet arrojan luz sobre un problema urgente relacionado con las prácticas de parto en Jammu y Cachemira (J&K), donde las tasas de cesáreas (CS) en la región son alarmantemente altas. El informe destaca que estas tasas son notablemente consistentes en todos los contextos socioeconómicos, revelando solo una diferencia marginal del 2 al 3 por ciento entre los hogares más ricos y los más pobres. Esto contrasta marcadamente con otros estados indios, donde el estatus económico dicta en gran medida el acceso a cesáreas. Según la Encuesta Nacional de Salud Familiar (NFHS-5), un asombroso 82.1 por ciento de los partos en hospitales privados en J&K se realizan a través de cesáreas, mientras que la tasa en las instalaciones públicas es del 42.7 por ciento. Ambas cifras superan significativamente el umbral recomendado por la Organización Mundial de la Salud del 10 al 15 por ciento para cesáreas, lo que plantea interrogantes sobre las razones subyacentes de esta tendencia en la región. Entrevistas con ginecólogos y expertos en salud materna en Cachemira revelan una compleja interacción de factores médicos, culturales y sociales que contribuyen a las altas tasas de cesáreas. Un problema destacado es la creciente tendencia de las mujeres a casarse más tarde en la vida, lo que ha resultado en una mayor proporción de embarazos entre mujeres de 30 y 40 años. Expertos médicos como la Prof. Farhat Jabeen enfatizan que la edad materna avanzada a menudo se correlaciona con complicaciones que hacen que los partos vaginales sean más complejos y riesgosos, lo que lleva a las familias a optar por cesáreas como una alternativa más segura. La influencia de los desafíos de infertilidad también es significativa, con muchos embarazos en J&K resultando de tratamientos médicos a largo plazo que las familias abordan con mayor cautela. La inversión emocional y financiera resultante en estos embarazos conduce a una preferencia por las cesáreas para mitigar cualquier riesgo durante el parto. La Prof. Jabeen señala que a medida que las familias priorizan la seguridad, la práctica de "cesárea a demanda" se vuelve más prevalente. A estos problemas se suman condiciones de salud generalizadas como el síndrome de ovario poliquístico (PCOS), la obesidad y la hipertensión entre las mujeres de la región, que aumentan aún más la probabilidad de complicaciones que requieren intervención quirúrgica. Además, tanto la Prof. Jabeen como la Prof. Shahnaz Taing destacan la idea errónea predominante de que la cesárea garantiza mejores resultados tanto para la madre como para el hijo, una creencia que a menudo eclipsa los riesgos potenciales asociados con los partos quirúrgicos innecesarios. La conciencia sobre los beneficios del parto vaginal es limitada, con muchas mujeres subestimando las complicaciones que pueden surgir de los procedimientos de cesárea. La Prof. Taing señala que la percepción de la cesárea como una opción indolora debe abordarse mediante una mejor educación y divulgación dentro del sistema de salud. No se puede pasar por alto el papel de los proveedores de salud en la configuración de las prácticas de parto. En J&K, muchos hospitales privados carecen de recursos, sin ginecólogos a tiempo completo que puedan manejar las complejidades de los partos vaginales. La preferencia prevalente por las cesáreas entre las parejas, impulsada por la creencia de que conduce a una mayor seguridad, añade presión a los sistemas de salud para satisfacer esta demanda. En la última década, los partos institucionales en J&K han aumentado, ahora a menudo asociados con intervenciones quirúrgicas en lugar de procesos naturales. Este cambio ha llevado a una expectativa prevalente entre las mujeres de que la hospitalización implica inherentemente intervención médica, con muchas creyendo que dar a luz en una instalación de salud implica una cesárea. A pesar de los beneficios percibidos, el aumento de las tasas de cesáreas innecesarias conlleva riesgos inherentes tanto para las madres como para los recién nacidos, incluyendo mayores probabilidades de infecciones y tiempos de recuperación más largos. Las cesáreas repetidas pueden llevar a complicaciones en futuros embarazos, y los bebés nacidos por cesárea pueden perderse beneficios críticos asociados con los partos vaginales, como la exposición microbiana esencial. Las implicaciones de estas altas tasas de cesáreas van más allá de la salud individual, imponiendo una carga financiera significativa tanto a las familias como a las instalaciones de salud. La Prof. Taing señala la abrumadora presión sobre las instalaciones de atención terciaria, como el Hospital Lal Ded, debido a la alta demanda de cesáreas, lo que a menudo resulta en derivaciones innecesarias de pacientes que agravan aún más los recursos. A medida que continúan las discusiones sobre la salud materna y las prácticas de parto, es imperativo que las partes interesadas en J&K aborden los múltiples factores que impulsan la alarmante tendencia en las cesáreas, esforzándose por un enfoque más equilibrado que priorice tanto la seguridad como los beneficios de salud asociados con los partos vaginales. Promover la conciencia, la educación y los recursos puede allanar el camino para prácticas de parto más saludables en la región.