Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Un terremoto de magnitud 6.1 sacudió la isla principal de Vanuatu temprano el domingo, provocando el movimiento de edificios, pero afortunadamente no causó daños significativos, solo días después de que un terremoto más potente de magnitud 7.3 devastara la región. El último temblor ocurrió a una profundidad de 40 kilómetros (25 millas) y tuvo su epicentro aproximadamente a 30 kilómetros al oeste de la capital, Port Vila, que ha estado lidiando con una serie de réplicas desde el terremoto inicial del 17 de diciembre. Los residentes, que aún enfrentan las secuelas del mortal terremoto que dejó al menos 12 muertos y más de 200 heridos, informaron haber sentido los temblores del último terremoto. El empresario de Port Vila, Michael Thompson, compartió su experiencia, describiendo el movimiento como considerable, pero no comparable al terremoto principal, que causó una extrema dislocación de estructuras. "Tuvo un sacudón un poco más fuerte y las ventanas temblaron un poco; habría hecho que las casas temblaran," señaló Thompson, destacando la relativa suavidad de este último evento como meramente una réplica. La devastación del terremoto anterior ha llevado a desafíos continuos, incluyendo un saldo de muertos que se mantiene en 12, según cifras gubernamentales reportadas por las Naciones Unidas. Además de las fatalidades, 210 personas resultaron heridas y 1,698 individuos han sido desplazados temporalmente de sus hogares. El desastre ha impactado críticamente la infraestructura de comunicación del país, con redes móviles caídas, complicando tanto los esfuerzos de rescate como el contacto con el exterior. A la luz de la devastación, Vanuatu declaró un estado de emergencia de siete días e implementó un toque de queda nocturno tras el terremoto inicial. Si bien comenzaron los esfuerzos para restaurar la normalidad, incluyendo el levantamiento de una suspensión de vuelos comerciales para reactivar el vital sector turístico, los desafíos siguen siendo significativos. Equipos de rescate de Australia y Nueva Zelanda han desplegado a más de 100 personas para ayudar en la recuperación y la búsqueda de sobrevivientes atrapados. Los informes indican que muchos edificios se han derrumbado por completo, complicando las operaciones de rescate. Thompson mencionó que aunque se restableció la electricidad en su residencia, muchos en la zona aún estaban sin electricidad. A medida que la comunidad comienza a recuperarse, negocios como supermercados están intentando reabrir en medio de los continuos desafíos de infraestructura. Enfatizó la naturaleza única de los daños causados por los terremotos en comparación con los ciclones, señalando que mientras los ciclones tienden a destruir estructuras externas, los terremotos a menudo comprometen la infraestructura interna. Vanuatu, con una población de alrededor de 320,000, está situado en el Anillo de Fuego del Pacífico, propenso a terremotos, lo que lo hace particularmente vulnerable a la actividad sísmica. Los eventos recientes han subrayado la urgente necesidad de estrategias efectivas de gestión de desastres y apoyo para los esfuerzos de recuperación, mientras la nación enfrenta los dobles desafíos de los desastres naturales y la reconstrucción de sus vidas.