El streaming transforma el entretenimiento: un nuevo horizonte audiovisual global

El streaming transforma el entretenimiento: un nuevo horizonte audiovisual global

El streaming ha transformado el consumo audiovisual, superando a la televisión tradicional y proyectando un crecimiento significativo en ingresos y suscripciones.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Deportes

La revolución del streaming ha transformado por completo la manera en que consumimos contenido audiovisual. Lo que antes requería de una logística compleja, como visitar un videoclub o esperar a que un programa se emitiera a una hora específica, hoy se ha simplificado gracias a la inmediatez y accesibilidad que ofrecen las plataformas digitales. En cuestión de minutos, cualquier persona puede elegir entre una vasta biblioteca de películas, series, documentales y eventos en vivo, todo al alcance de un clic. Este fenómeno, que comenzó a gestarse en la última década, ha alcanzado cifras impresionantes: en 2017, había 320 millones de hogares suscritos a servicios de streaming; para 2022 esa cifra se había duplicado a 670 millones, y se proyecta que, para 2040, superará la barrera del millardo. El impacto del streaming no se limita solo a los hogares. Las audiencias han comenzado a migrar en masa hacia plataformas digitales, dejando atrás la televisión tradicional. Eventos deportivos, entrevistas a figuras públicas, y ceremonias de premiación han encontrado en el streaming su nuevo hogar. Con cada vez más personas consumiendo contenido en dispositivos móviles y computadoras, las empresas están realizando inversiones agresivas para adquirir derechos exclusivos que les permitan captar esta audiencia digital. La National Football League (NFL), por ejemplo, ha comenzado a flexibilizar sus reglas de inversión para atraer capital institucional, lo que indica un cambio significativo en cómo se financian los deportes en la era digital. El sector del streaming se ha convertido en un atractivo para los inversores, y no es de extrañar. Este nuevo ecosistema ha reconfigurado las dinámicas del entretenimiento. Las grandes plataformas están dispuestas a pagar sumas astronómicas por derechos de transmisión, lo que a su vez ha generado un aumento en la producción de contenido original y eventos en línea. En este contexto, la encuesta de J.P. Morgan sobre perspectivas de inversión global para 2025 vislumbra un auge en las producciones de e-sport, un nuevo fenómeno que combina el streaming con competencias en línea, atrayendo así a un público joven y entusiasta. El panorama del streaming no es homogéneo. La industria se divide en cinco grupos principales de empresas que compiten en este nuevo ecosistema. En primer lugar, se encuentran los pioneros como Netflix, que ha logrado capturar un 27% de los ingresos globales por suscripciones en 2023. Su enfoque exclusivo en la creación y distribución de contenido les ha permitido destacar en un mercado saturado. Por otro lado, los estudios tradicionales de entretenimiento, como Disney y Warner Bros., han empezado a diversificar su negocio, aprovechando sus amplias bibliotecas de contenido y marcas reconocidas. En un tercer grupo, las grandes tecnológicas ven el streaming como una extensión natural de sus servicios. Empresas como Amazon y Apple han integrado las plataformas de streaming dentro de sus ecosistemas más amplios, viendo esto como una oportunidad para ofrecer a sus clientes un servicio más completo. En este sentido, la experiencia de usuario se enriquece y se vuelve más atractiva para los consumidores. Las plataformas de intercambio de videos, como YouTube, conforman el cuarto segmento. Su modelo híbrido, que combina contenido gratuito con opciones de suscripción, les permite alcanzar a un público masivo, ofreciendo desde cortometrajes hasta producciones de larga duración. Finalmente, el grupo de fabricantes de hardware y agregadores de contenido, como Samsung y Roku, actúa como un puente entre los usuarios y las diversas plataformas de streaming, facilitando el acceso a los contenidos. Las cifras de crecimiento son contundentes. Los ingresos globales del streaming alcanzaron los 160,000 millones de dólares en 2022 y podrían dispararse a 510,000 millones en 2040, según las proyecciones de McKinsey. Este crecimiento no solo se refleja en los ingresos, sino también en la forma en que los hogares están dispuestos a gastar en suscripciones y transacciones digitales, lo que indica un cambio claro en las prioridades de consumo de entretenimiento. La transformación en el consumo de entretenimiento visual es innegable. La llegada del streaming ha traído consigo no solo inmediatez y accesibilidad, sino también una nueva narrativa en la forma en que contamos y consumimos historias. Las plataformas digitales han comenzado a ocupar el lugar central que antes tenía la televisión, obligando a los antiguos gigantes de la industria a adaptarse o quedar rezagados. Con el avance de la tecnología, un incremento en las inversiones y una mayor integración de la publicidad en estos espacios, el futuro del streaming se presenta aún más prometedor. Este panorama indica que el streaming se ha establecido como el nuevo epicentro del entretenimiento mundial, donde cada vez más personas buscan experiencias personalizadas y a la carta, desafiando las viejas normas de consumo que alguna vez definieron la industria audiovisual. Así, el streaming no solo ha cambiado la forma en que vemos televisión, sino que también ha redefinido nuestra relación con el contenido audiovisual.

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