Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En una tranquila playa de Costa Rica, los surfistas no solo buscan la ola perfecta, sino que también se encuentran con un mensaje espiritual que los invita a explorar su fe. Chandler Brownlee, un exministro baptista de 52 años, representa una nueva visión sobre cómo conectar la pasión por el surf con la búsqueda de la espiritualidad. Armado con una Biblia y un enfoque amistoso, intenta llegar a surfistas de todo el mundo, mostrando que la relación con Dios puede ser tan emocionante como deslizarse sobre una ola. Brownlee, un padre de tres hijas y agente inmobiliario en Florida, se une a un grupo internacional conocido como Christian Surfers. Esta organización, que combina la devoción religiosa con la cultura del surf, se ha expandido a más de 35 países, incluyendo una nueva delegación en Pavones, Costa Rica, que se ha convertido en un punto de encuentro para surfistas y creyentes. Con su población de aproximadamente 4000 personas, Pavones alberga una de las olas izquierdas más grandes del mundo, lo que atrae a surfistas ansiosos por experimentar su belleza y desafío. La misión de Brownlee y sus compañeros es sencilla: ser un puente entre la naturaleza y la fe. A través de su enfoque no convencional, buscan atraer a aquellos que, aunque puedan disfrutar de la adrenalina del surf, se sienten vacíos en su interior. “Aunque atrapes la ola perfecta, puede que te sientas vacío por dentro”, reflexiona Brownlee, invitando a los surfistas a considerar una experiencia más profunda a través de Dios. Sin embargo, el grupo es consciente de la delgada línea que deben caminar. Para muchos, la idea de un misionero evangélico puede resultar intimidante, especialmente en un ambiente en el que el surf se ha asociado con un estilo de vida libre y despreocupado. Por ello, el lema de Christian Surfers es claro: ser un “puente de la playa a la iglesia”. La estrategia es alejarse de los proselitismos tradicionales, enfocándose en crear amistades genuinas y compartir experiencias en el agua. Para conectar con los surfistas, Brownlee y su grupo evitan los entornos típicos de las iglesias y se involucran en la cultura local. La "Biblia de los surfistas" que distribuyen presenta un diseño amigable, sin símbolos religiosos que puedan asustar a quienes no están familiarizados con la fe cristiana. En lugar de sermones convencionales, la comunidad se reúne para compartir hamburguesas, ver videos de surf y discutir sobre las escrituras de manera relajada y accesible. Un ejemplo de este enfoque es la familia Leon, que ha hecho de Costa Rica su hogar y trabaja incansablemente para fortalecer la presencia de Christian Surfers en la región. Kyle y Dennis Leon han encontrado una forma de integrar su devoción a Dios con su amor por el surf, creando un espacio en el que los jóvenes pueden explorar su espiritualidad sin presiones ni juicios. “Esto no da miedo”, dice Kyle, refiriéndose a su hogar. “No necesitas creer para pertenecer. Pero puedes pertenecer antes de creer”. Los jóvenes que asisten a las reuniones en casa de los Leon no solo aprenden sobre surf y fe, sino que también forman lazos de amistad en un ambiente acogedor. Durante una de estas reuniones, se discutieron las lecciones de la Biblia en un contexto que resonaba con el amor por el deporte. Comparar a figuras bíblicas con surfistas conocidos ayudó a los jóvenes a ver que su pasión por el surf y su búsqueda espiritual no son mutuamente excluyentes. Mientras el grupo disfrutaba de una cena informal, el ambiente se llenó de risas y camaradería. Este tipo de convivencia permite abordar temas de fe de una manera más amena, alejándose de la rigidez que a menudo se asocia con las prácticas religiosas. La conexión con la naturaleza y el surf se convierte en una herramienta poderosa para abrir el diálogo sobre la espiritualidad. A medida que la noche avanzaba, Dennis Leon destacó que muchos de los jóvenes presentes aún no han aceptado a Jesús. Sin embargo, su enfoque no es el de forzar creencias, sino el de establecer un ambiente en el que puedan sentirse cómodos explorando su fe a su propio ritmo. “Sienten menos presión viniendo aquí que a una iglesia”, explica Dennis, enfatizando la importancia de crear un espacio seguro para la exploración espiritual. El movimiento de Christian Surfers sigue creciendo y evolucionando, y su impacto se siente en comunidades de todo el mundo. Al combinar el amor por el surf con un mensaje de esperanza y comunidad, están demostrando que la fe puede ser tan dinámica y vibrante como las olas que surfean. En un mundo donde las conexiones espirituales a menudo se pierden en la rutina diaria, estos surfistas cristianos ofrecen un respiro, recordando que la búsqueda de la ola perfecta puede, de hecho, ser un camino hacia una mayor conexión con lo divino.