Vanuatu enfrenta una urgente crisis humanitaria tras el devastador terremoto de magnitud 7.3.

Vanuatu enfrenta una urgente crisis humanitaria tras el devastador terremoto de magnitud 7.3.

Un poderoso terremoto de magnitud 7.3 golpeó Vanuatu, afectando a 116,000 personas, causando daños generalizados y provocando solicitudes urgentes de ayuda humanitaria.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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El 17 de diciembre de 2024, Vanuatu fue golpeado por un devastador terremoto de magnitud 7.3, centrado a solo 30 kilómetros al oeste de su capital, Port Vila. El sismo, que ocurrió a una profundidad de 57 kilómetros, ha dejado una estela de destrucción y ha creado una urgente crisis humanitaria que afecta aproximadamente a 116,000 personas, alrededor del 40% de la población. Los impactos más severos se han sentido en Port Vila, donde hasta 73,000 personas experimentaron temblores intensos, lo que ha generado temores por la seguridad de aquellos que aún pueden estar atrapados en edificios colapsados. Tras el terremoto, el Equipo Humanitario del Pacífico reportó daños generalizados en hogares, infraestructura y servicios esenciales, agravados por una serie de réplicas. La primera réplica, que registró 5.5, fue seguida de cerca por otras dos, que midieron 4.7 y 4.9. Estos temblores solo aumentaron la ansiedad de los residentes que ya estaban lidiando con los efectos inmediatos del sismo inicial. El terremoto ha interrumpido gravemente las redes de telecomunicaciones y suministro eléctrico en toda la región, dejando a muchos sin acceso a internet, servicios telefónicos, electricidad o agua potable. La integridad estructural de edificios clave, incluyendo el hospital principal y las escuelas locales, se ha visto comprometida, poniendo una presión adicional sobre el sistema de salud, que ya está abrumado. La pista de aterrizaje principal también ha sufrido daños, limitando significativamente los vuelos comerciales y obstaculizando las operaciones humanitarias. El distrito central de negocios de Port Vila ha visto colapsar varios edificios, lo que ha llevado a las autoridades a designar la zona como Zona Roja, restringiendo el acceso público para facilitar las operaciones de rescate. Infraestructura crítica, como puentes que conectan carreteras y aldeas alrededor de Port Vila, ha sufrido daños, complicando los esfuerzos por alcanzar comunidades aisladas. Los escombros de deslizamientos de tierra han bloqueado aún más rutas de acceso críticas. En respuesta al desastre, se ha establecido un Centro Nacional de Operaciones de Emergencia (NEOC) en tiendas de campaña temporales fuera de la Oficina Nacional de Manejo de Desastres debido a preocupaciones sobre la seguridad del edificio. Equipos de búsqueda y rescate están trabajando las 24 horas para localizar y asistir a aquellos atrapados bajo los escombros, pero sus esfuerzos se ven obstaculizados por la infraestructura dañada y las réplicas continuas. La Sociedad de la Cruz Roja de Vanuatu, en colaboración con la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC), ha movilizado voluntarios para proporcionar apoyo en salud y distribuir suministros de emergencia. Sin embargo, los desafíos de acceso continúan dificultando la ampliación de sus operaciones. El gobierno ha impuesto un toque de queda de 6 PM a 6 AM como parte de un Estado de Emergencia, y se ha solicitado apoyo policial adicional para mantener el orden en medio del caos. Las condiciones siguen siendo graves, con informes que indican una urgente necesidad de suministros médicos, agua potable, refugio y artículos esenciales para el hogar para la población afectada. Mientras que la instalación del puerto sigue operando, las carreteras de acceso han sido gravemente dañadas, limitando el flujo de bienes hacia Port Vila. La torre de comunicación y control del aeropuerto también se ha visto afectada, lo que ha suspendido aún más los vuelos comerciales mientras se llevan a cabo las reparaciones. A medida que la situación se desarrolla, la necesidad de apoyo internacional y asistencia humanitaria se vuelve cada vez más crítica. Las organizaciones de ayuda y las autoridades locales están pidiendo ayuda inmediata para satisfacer las necesidades urgentes de los afectados y facilitar los esfuerzos de recuperación temprana necesarios para reconstruir esta resiliente nación insular.

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