Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En las últimas dos décadas, América ha sido testigo de un cambio significativo hacia el libertarismo social, especialmente en dos ámbitos controvertidos: el uso de marihuana y las apuestas deportivas. Una vez en gran medida ilegales, estas actividades han sido adoptadas por la sociedad, reflejando una tendencia más amplia hacia las libertades individuales. Sin embargo, mientras los defensores celebran estos avances como victorias de la elección personal, la realidad de sus implicaciones plantea preocupaciones críticas. La legalización de la marihuana y la proliferación de las apuestas deportivas presentan un panorama complejo. Los partidarios argumentan que estos cambios simplemente reconocen lo que la gente ya estaba haciendo, sacándolos efectivamente de las sombras de la ilegalidad y permitiendo una regulación responsable. La esperanza es que la legalización podría minimizar los daños asociados con la criminalización, como arrestos innecesarios, disparidades raciales en la aplicación de la ley y los peligros de los mercados no regulados. Sin embargo, el optimismo que rodea a estos cambios no toma en cuenta los nuevos desafíos que traen consigo. La facilidad de acceso a la marihuana y las apuestas deportivas ha llevado a un aumento en la participación, pero también ha resultado en un notable aumento de los daños asociados. Estudios muestran que a medida que más personas se involucran en estas actividades, problemas como la adicción, dificultades financieras y problemas de salud se vuelven más prevalentes. Por ejemplo, el panorama de las apuestas deportivas ha cambiado drásticamente. Se han ido los días en que hacer una apuesta requería encontrar a un amigo de confianza o a un corredor; ahora, cualquiera puede apostar desde la comodidad de su sofá a través de una aplicación. Esta accesibilidad ha llevado a un significativo estrés financiero para muchos, particularmente entre los hogares de bajos ingresos, donde la tentación de apostar puede tener consecuencias devastadoras. Escándalos de apuestas de alto perfil que involucran a atletas destacan los problemas de integridad que surgen cuando el juego se normaliza demasiado. De manera similar, la legalización de la marihuana no ha estado exenta de desventajas. Han surgido informes de tasas de adicción en aumento y problemas de salud asociados, como la psicosis y una condición conocida como síndrome de hiperemesis cannabinoide. Mientras que la marihuana fue promovida por sus beneficios medicinales, la realidad del consumo excesivo plantea preguntas sobre su impacto en la salud pública y la seguridad. Las empresas de cannabis, buscando maximizar sus ganancias, a menudo dirigen sus productos a los consumidores frecuentes, impulsando opciones de alta potencia que pueden llevar a la dependencia. A medida que el panorama cambia, surge la pregunta: ¿cómo abordamos estos problemas emergentes sin volver a la prohibición total? La respuesta podría residir en encontrar un punto medio que permita la libertad personal mientras se implementan las regulaciones necesarias. Los gobiernos podrían considerar estrategias como imponer impuestos más altos sobre la marihuana y las apuestas, similar al enfoque con el alcohol y los cigarrillos. Límites mensuales en las compras también podrían ser efectivos, como se ha visto en la regulación del cannabis en Uruguay. Sin embargo, el clima político complica el camino hacia la regulación. Tanto las industrias de la marihuana como de las apuestas deportivas se han convertido en actores poderosos en las economías locales, a menudo haciendo lobby en contra de medidas más estrictas que podrían afectar su rentabilidad. Su influencia refleja la de la industria del alcohol, que históricamente ha resistido los esfuerzos por aumentar impuestos y regulaciones, incluso en medio de crecientes preocupaciones de salud. En conclusión, la legalización de la marihuana y las apuestas deportivas refleja un cambio social más amplio hacia la aceptación de las libertades personales. Sin embargo, a medida que estas actividades se arraigan más en la vida americana, es esencial reconocer y abordar las consecuencias negativas que las acompañan. Un enfoque equilibrado que priorice tanto la libertad individual como la salud pública puede ser la clave para navegar las complejidades de esta nueva realidad. Solo a través de una regulación cuidadosa la sociedad puede esperar mitigar los daños mientras disfruta de las libertades adquiridas.