Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
A medida que la NHL continúa creciendo en popularidad y ambición, las arenas que albergan sus juegos están experimentando transformaciones significativas, reflejando tanto la herencia del deporte como las innovaciones modernas en diseño. En las últimas dos décadas, he tenido el privilegio de ver partidos en la mayoría de las ciudades de la NHL, y la singularidad de cada arena sigue cautivándome. Esta fascinación está profundamente arraigada en mi educación, ya que pasé mi infancia viendo a mi padre diseñar casas personalizadas y edificios comerciales, inculcándome una pasión por la arquitectura y su potencial para moldear las experiencias comunitarias. Cada arena de la NHL tiene su propio carácter distintivo, con variaciones en entradas, pasillos, restaurantes y espacios de interacción con los aficionados que contribuyen a la atmósfera general del día del juego. Estas arenas no son meros lugares para el hockey; sirven como elementos fundamentales en el paisaje urbano, revitalizando vecindarios y atrayendo tráfico peatonal incluso en días sin partidos. Ciudades como Columbus y Edmonton han desarrollado vibrantes distritos alrededor de las arenas, mientras que lugares históricos como Broadway en Nashville y The Strip en Las Vegas han integrado equipos de la NHL en su tejido cultural, mejorando su atractivo local. Uno de los aspectos más convincentes del diseño de arenas es el potencial para impulsar el crecimiento económico. Jeff Vinik, propietario de los Tampa Bay Lightning, ejemplifica esta visión con la renovación que rodea a Amalie Arena. El ambicioso objetivo de Vinik era crear un "entorno de vivir, trabajar y jugar" que fomente las conexiones comunitarias y la vitalidad económica. Sus esfuerzos han transformado el área, convirtiéndola en un bullicioso centro de entretenimiento y ocio que beneficia tanto a los Lightning como a la región más amplia de Tampa Bay. En mi búsqueda por entender por qué las arenas de la NHL están diseñadas de la manera en que están, me dirigí al HOK Group, una firma de arquitectura detrás de algunas de las construcciones más notables recientes en la liga. Su experiencia arroja luz sobre los principios de diseño clave que guían la construcción de arenas. Por ejemplo, la capacidad de la arena suele rondar los 18,000 asientos. Scott Ralston de HOK señala que, si bien este tamaño satisface las demandas de eventos deportivos y diversas actuaciones de entretenimiento, es principalmente una decisión comercial influenciada por dinámicas de mercado. Equilibrar la capacidad de asientos con la comodidad y la rentabilidad sigue siendo crucial para los equipos que navegan por los precios fluctuantes de los boletos y la demanda de los aficionados. Cuando se trata de elementos de diseño, HOK enfatiza un enfoque personalizado adaptado a las necesidades de cada cliente. Mientras que algunas arenas incorporan características familiares extraídas de diseños pasados, otras buscan una singularidad que refleje la cultura local. Por ejemplo, el próximo Scotia Place de Calgary presentará un distintivo motivo de llama y se basará en perspectivas culturales indígenas, creando un hito que resuene con la comunidad. La innovación también está en la vanguardia del diseño moderno de arenas. A medida que los aficionados buscan cada vez más interacciones sociales en los días de juego, la integración de diversas comodidades se ha vuelto esencial. Bill Johnson de HOK destaca tendencias como el "Efecto del Aficionado Celebridad" y la demanda de momentos "Instagramables" en los lugares. El diseño de Scotia Place ejemplifica estas ideas, con conexiones fluidas entre plazas públicas y espacios de reunión, convirtiendo la arena en un centro comunitario más allá de solo las noches de hockey. Mirando hacia el futuro, se espera que las arenas de la NHL evolucionen aún más. La tendencia hacia la flexibilidad en el diseño permitirá a los lugares atender una variedad de eventos, asegurando que sigan siendo relevantes en un panorama de entretenimiento en constante cambio. A medida que somos testigos de estas transformaciones, se hace evidente que las arenas de la NHL no son solo edificios; son espacios dinámicos que fomentan la participación comunitaria, el desarrollo económico y experiencias inolvidables para los aficionados. El diálogo sobre el diseño de arenas de la NHL está lejos de haber terminado. A medida que surgen nuevos proyectos y las arenas existentes se adaptan, hay una oportunidad para seguir explorando qué hace que estos espacios sean vitales para sus respectivas ciudades. Si tienes preguntas o ideas sobre el diseño de arenas y su impacto en el juego, te invito a compartirlas en los comentarios. La conversación apenas comienza, con mucho más por descubrir en el mundo en constante evolución de las arenas de la NHL.