Las tasas de autismo a nivel mundial aumentan: 61.8 millones diagnosticados, crece la necesidad urgente de apoyo.

En un estudio innovador publicado en Lancet Psychiatry, los investigadores han arrojado luz sobre la prevalencia global del autismo, revelando que se estima que 61.8 millones de personas, o aproximadamente 1 de cada 127 individuos, fueron diagnosticadas con esta condición en 2021. Esta cifra significativa coloca al autismo entre las 10 principales preocupaciones de salud no fatales para los jóvenes menores de 20 años, subrayando la urgente necesidad de atención y recursos dirigidos a este grupo demográfico. El autismo, caracterizado por comportamientos repetitivos y desafíos en la interacción social, ha mostrado una marcada disparidad de género, con hombres diagnosticados más de dos veces con frecuencia que las mujeres. Esta disparidad plantea importantes preguntas sobre los procesos de diagnóstico y los factores sociales que contribuyen a la subrepresentación de las mujeres en las estadísticas de autismo. Geográficamente, el estudio destaca diferencias notables en las tasas de prevalencia del autismo. Las regiones de Asia-Pacífico con altos ingresos, particularmente Japón, reportaron las tasas más altas de diagnósticos de autismo, sugiriendo una posible correlación entre el estatus socioeconómico y el acceso a recursos de atención médica. Por el contrario, América Latina Tropical y Bangladesh tuvieron la prevalencia reportada más baja, lo que indica que diversos factores, incluidas las percepciones culturales y la disponibilidad de servicios de diagnóstico, pueden influir en el reconocimiento y la notificación de casos de autismo. La investigación, realizada por el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington, no solo destaca la necesidad de mejorar las estrategias de detección temprana, sino que también enfatiza la importancia de proporcionar sistemas de apoyo sólidos tanto para las personas autistas como para sus cuidadores. La detección temprana puede conducir a intervenciones oportunas que mejoren significativamente la calidad de vida de quienes están en el espectro autista. Además, los autores del estudio piden una mayor precisión en los datos geográficos sobre la prevalencia del autismo. Comprender las matices en el diagnóstico a través de diferentes regiones puede ayudar a los responsables de políticas y a los proveedores de atención médica a adaptar las intervenciones para satisfacer las necesidades específicas de diversas poblaciones. A medida que la conciencia sobre el autismo sigue creciendo, los hallazgos de este estudio sirven como un recordatorio crítico del trabajo que queda por hacer. Aumentar la comprensión pública, mejorar los procesos de diagnóstico y fomentar entornos de apoyo para las personas con autismo son pasos esenciales para garantizar que puedan prosperar en la sociedad.