Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
A medida que la conversación sobre la seguridad vial y las capacidades de los conductores mayores se intensifica, los cambios regulatorios propuestos podrían pronto requerir que los automovilistas mayores de 70 años se sometan a pruebas médicas adicionales para mantener sus licencias de conducir. Los expertos están abogando por exámenes oculares obligatorios y evaluaciones cognitivas para garantizar que los conductores mayores mantengan su capacidad para navegar por las carreteras de manera segura. Siobhan Thomas, representante del departamento de lesiones graves de Hugh James, arrojó luz sobre lo que pueden implicar estas evaluaciones. Según Thomas, los conductores primero completarán un cuestionario de autoevaluación, que ayudará a determinar si necesitan proceder a una evaluación médica. "Dependiendo de sus respuestas, puede que se le requiera someterse a una evaluación médica para evaluar su aptitud para conducir", explicó. Este proceso generalmente involucrará a profesionales de la salud, como un médico de cabecera o un médico designado, quienes realizarán pruebas de visión, evaluaciones cognitivas y discusiones sobre cualquier condición de salud que pueda afectar las capacidades de conducción. Si bien algunos pueden encontrar intimidante la perspectiva de estas evaluaciones, Thomas enfatizó su propósito: "Estas evaluaciones están destinadas a apoyarlo en el mantenimiento de su independencia mientras se asegura la seguridad vial". Este sentimiento refleja un compromiso más amplio de equilibrar la libertad personal con las preocupaciones de seguridad pública. Los cambios propuestos han suscitado un debate animado entre los conductores, muchos de los cuales comparten sus experiencias personales sobre las implicaciones de tales regulaciones. Un automovilista recordó un incidente preocupante tras un derrame cerebral que requirió una extensa rehabilitación. A pesar de haber sido autorizado para conducir por su médico después de tres meses, señaló las frustraciones enfrentadas por un compañero paciente cuyo licencia fue suspendida tras informar a la DVLA (Agencia de Licencias de Conducir y Vehículos). Esta anécdota destaca la desconexión que puede existir entre el consejo médico y el cumplimiento regulatorio, dejando a algunos sintiéndose injustamente penalizados. La crítica a las medidas propuestas ha surgido de varios sectores, con algunos calificándolo como una "continuada vendetta contra los conductores mayores". Otros han expresado preocupaciones de que la iniciativa se trata menos de seguridad y más de motivaciones financieras, con una persona señalando: "Todo se reduce a la pasta". Tales sentimientos sugieren una creciente aprensión respecto a las posibles implicaciones burocráticas y económicas de las nuevas evaluaciones. Sin embargo, los defensores de los conductores mayores argumentan que muchos ya se someten a pruebas de visión rutinarias, a menudo anualmente, como parte de su régimen de atención médica. Una persona mencionó los chequeos oculares regulares de su cónyuge y la persistencia del NHS en recordar a los pacientes sobre sus evaluaciones de salud. Esto plantea la pregunta de si los cambios propuestos son realmente necesarios, dado el sistema existente de evaluaciones médicas al que muchos individuos mayores ya se adhieren. En última instancia, la discusión en torno a estas regulaciones propuestas destaca el delicado equilibrio entre garantizar la seguridad vial y preservar la independencia de los conductores mayores. A medida que el panorama de las regulaciones de conducción continúa evolucionando, los miembros de la comunidad y las partes interesadas permanecen comprometidos en una conversación más amplia sobre cómo abordar mejor los desafíos que plantea una población envejecida en las carreteras.