Vanuatu enfrenta esfuerzos de rescate urgentes tras un devastador terremoto de magnitud 7.3.

Vanuatu enfrenta esfuerzos de rescate urgentes tras un devastador terremoto de magnitud 7.3.

Un terremoto de magnitud 7.3 en Vanuatu ha causado al menos nueve muertes y más de 200 heridos, lo que ha llevado a esfuerzos de rescate urgentes y ayuda internacional.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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A medida que el sol sale en el tercer día desde que el devastador terremoto golpeó Vanuatu, la urgencia de la misión de rescate se intensifica. La nación ha sido sacudida por un terremoto de magnitud 7.3, que afecta principalmente a la capital, Port Vila, y las áreas circundantes. Si bien han surgido informes contradictorios sobre el número de víctimas, la Oficina Nacional de Gestión de Desastres de Vanuatu confirmó que al menos nueve muertes han sido oficialmente reconocidas, a pesar de que informes anteriores sugerían un número mayor. Los equipos de rescate permanecen en alta alerta, revisando incansablemente los escombros de edificios colapsados y deslizamientos de tierra. La destrucción ha dejado a más de 200 personas heridas, muchas de las cuales requieren tratamiento por fracturas y otras lesiones graves. El hospital está abrumado con pacientes, y el personal médico trabaja sin descanso para proporcionar atención mientras continúa la búsqueda de sobrevivientes. El impacto del terremoto ha sido particularmente severo en el distrito central de negocios de Port Vila, donde se han producido daños estructurales significativos. Los edificios que aún se mantienen en pie están comprometidos, dejándolos en riesgo de colapsos adicionales. El muelle principal de Port Vila está cerrado debido a un deslizamiento de tierra importante, lo que complica los esfuerzos para entregar ayuda y suministros a los necesitados. En un golpe adicional a la comunidad, los dos principales reservorios de agua que abastecen a Port Vila fueron completamente destruidos, lo que requiere la reconstrucción de la infraestructura hídrica. Las autoridades han emitido un aviso de hervir el agua a los residentes, instando a la precaución mientras se realizan las evaluaciones de la red de agua restante. Mientras tanto, la empresa de servicios públicos Unelco está en una carrera contra el tiempo para restaurar los servicios de electricidad y agua a la ciudad agobiada. La comunicación sigue siendo un desafío, aunque se ha avanzado. Vodafone Vanuatu informó que los servicios de mensajería instantánea en plataformas como Messenger, Viber y WhatsApp han sido restaurados. Sin embargo, las capacidades de llamadas de audio y video aún no están disponibles, ya que la red lucha por recuperar su funcionalidad total. En respuesta al desastre, el presidente Nikenike Vurobaravu declaró un estado de emergencia de una semana para las áreas más afectadas. La policía local ha instituido un toque de queda nocturno de 6 p.m. a 6 a.m., instando a los residentes a mantenerse alerta ante el posible aumento de delitos oportunistas tras el terremoto. Se está fomentando la solidaridad comunitaria, con las autoridades llamando a los ciudadanos a cuidarse unos a otros durante este tiempo difícil. Los viajes hacia y desde Vanuatu se han detenido, con el Aeropuerto Internacional Bauerfield cerrado para vuelos comerciales durante 72 horas para facilitar las reparaciones y priorizar las operaciones de ayuda por desastres. Los pasajeros que planeaban volar con Fiji Airways han sido reprogramados para más tarde en la semana, mientras que Solomon Airlines anticipa reanudar el servicio el sábado. Virgin Airlines ha cancelado vuelos hasta el domingo, con el Grupo Qantas monitoreando la situación de cerca. La asistencia está llegando de aliados internacionales, con equipos de Nueva Zelanda, Australia y Francia en el terreno, ofreciendo apoyo a los socorristas locales. Su experiencia es crucial a medida que avanza el tiempo para encontrar sobrevivientes atrapados bajo los escombros. Con cada hora que pasa, la esperanza de rescatar a aquellos que aún no han sido localizados se desvanece, subrayando la urgencia de esta crisis humanitaria. A medida que Vanuatu lidia con las secuelas de este desastre natural, la resiliencia de su pueblo está siendo puesta a prueba. Los próximos días serán críticos a medida que continúen los esfuerzos de rescate y la nación comience a enfrentar el largo camino hacia la recuperación.

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