El balance de muertos por el terremoto en Vanuatu aumenta mientras la comunidad se une para ayudar en los esfuerzos de rescate y recuperación.

El balance de muertos por el terremoto en Vanuatu aumenta mientras la comunidad se une para ayudar en los esfuerzos de rescate y recuperación.

Un terremoto de magnitud 7.3 en Port Vila, Vanuatu, ha causado una destrucción significativa, lo que ha llevado a esfuerzos de ayuda de emergencia y apoyo comunitario.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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En la estela de un devastador terremoto que golpeó la capital de Vanuatu, Port Vila, los trabajadores de emergencia se están movilizando para proporcionar primeros auxilios y apoyo a las comunidades afectadas. El sismo de magnitud 7.3, que ocurrió justo frente a la costa, ha dejado un rastro de destrucción, con informes de edificios colapsados, deslizamientos de tierra y un número creciente de víctimas. Mientras el polvo se asienta tras el evento sísmico, negocios locales como el Nambawan Cafe han cambiado su enfoque de las operaciones regulares a proporcionar comidas para los trabajadores de emergencia. El dueño del café, Ivan Oswald, ha transformado su menú de almuerzo, sirviendo salchichas descongeladas a aquellos que buscan incansablemente a sobrevivientes. "No puedo ayudar con el rescate, pero puedo ayudar con esto", comentó Oswald, destacando la solidaridad en medio del caos. Si bien el número inicial de muertos por el terremoto se confirmó en 14, los funcionarios advierten que esta cifra podría aumentar a medida que continúan las operaciones de búsqueda. Se ha informado de más de 200 personas heridas, aunque el acceso a información precisa sigue siendo limitado debido a la infraestructura y las líneas de comunicación dañadas. A medida que comenzaron a restablecerse las telecomunicaciones, los residentes inundaron el café para cargar sus dispositivos y conectarse con seres queridos desaparecidos. El impacto del terremoto ha sido significativo, especialmente en el centro de Port Vila, que ahora es una escena de escombros y destrucción. Infraestructura clave, incluidos hospitales, carreteras y reservorios de agua, ha sufrido daños extensos. La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios informó que los desafíos de acceso han obstaculizado los esfuerzos de respuesta, con un enorme deslizamiento de tierra bloqueando el puerto marítimo, complicando la entrega de suministros esenciales. El principal proveedor de servicios públicos anunció que los servicios de agua podrían tardar hasta dos semanas en restablecerse. Equipos de rescate, incluidos especialistas de Australia y Nueva Zelanda, se han unido a los esfuerzos locales para localizar a sobrevivientes atrapados en los escombros de edificios colapsados. A pesar del optimismo inicial tras rescates dramáticos, el ánimo ha cambiado a medida que se desvanecen las esperanzas por aquellos que aún no han sido encontrados. Entre los muertos hay dos ciudadanos chinos, según informes de la embajada china en Vanuatu. Los vuelos militares han comenzado a evacuar a ciudadanos australianos como parte de la respuesta humanitaria en curso. El aeropuerto de Port Vila sigue operativo solo para uso humanitario, con una revisión para vuelos comerciales esperada el viernes. El momento del terremoto presenta desafíos adicionales para la economía de Vanuatu, que depende del turismo y que ya estaba luchando por recuperarse de ciclones anteriores y del colapso de su aerolínea nacional a principios de este año. Glen Craig, presidente del Consejo de Resiliencia Empresarial de Vanuatu, expresó su preocupación por las posibles repercusiones económicas. "Estábamos empezando a recuperarnos y realmente esperábamos un verano exitoso", lamentó. A medida que la comunidad se une en este momento de crisis, la resiliencia del pueblo de Vanuatu brilla con fuerza. Con los esfuerzos de recuperación en marcha y el apoyo llegando de países vecinos, aún queda un atisbo de esperanza de que esta nación insular emerja de los escombros más fuerte que antes.

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