Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un conmovedor homenaje que abarca generaciones, Naoki Higashi, un hombre de 58 años de Tsu, ha honrado recientemente la memoria de Yukio Nagai, el valiente joven que salvó a su abuelo durante el catastrófico terremoto de la península de Kii en 1944. El terremoto, que ocurrió el 7 de diciembre de 1944, registró una devastadora magnitud de 7.9 en la escala de Richter y llevó a la trágica pérdida de 1,223 vidas, además de la destrucción de más de 26,000 hogares, afectando particularmente las áreas costeras de la prefectura de Mie. A pesar de su magnitud, el desastre estuvo en gran medida envuelto en silencio, ya que el gobierno japonés buscaba mantener la moral durante la guerra del Pacífico en curso, ganándose así el sombrío título de "el terremoto oculto". La conexión entre Higashi y Nagai se forjó sin que ellos lo supieran décadas antes. Jinshiro, el abuelo de Higashi, estaba enfermo y postrado en su cama en su hogar en ese fatídico día en que la tierra tembló violentamente. Fue Nagai, quien había regresado brevemente de su servicio en el acorazado Yamato, quien notó la peligrosa situación de Jinshiro. Con valentía y rapidez, Nagai lo llevó a un lugar seguro justo momentos antes de que un enorme tsunami golpeara la costa. Trágicamente, Nagai perecería más tarde el 7 de abril de 1945, cuando el Yamato fue hundido por las fuerzas estadounidenses. El viaje de Higashi para descubrir este legado familiar comenzó a través de una conexión fortuita con Rie Holland, una amiga que conoció en las redes sociales y que también había vivido en Kihoku. A medida que su amistad florecía, descubrieron el destino entrelazado de sus familias. Higashi aprendió acerca de las acciones heroicas de Nagai a través de Holland, quien relató la historia de su tío, que su madre le había contado por primera vez. En un momento conmovedor a principios de este año, Higashi y Holland visitaron las tumbas de sus familias en Kihoku, donde Higashi expresó su sincera gratitud por la valentía de Nagai, reconociendo la vida que salvó. “Mi tío murió en batalla a una edad temprana, y pensé que debió haber tenido una vida triste. Aprendí que hay una persona que todavía le siente gratitud, y sentí que [su vida] tenía sentido”, reflexionó Holland. Las visitas de Higashi al Museo Yamato en Kure, prefectura de Hiroshima, profundizaron su comprensión tanto de Nagai como del acorazado en sí, mientras lidió con el peso de la historia y la trágica pérdida de vidas durante la guerra. “Pensar en los últimos días de Nagai hizo que mi corazón casi estallara de dolor”, compartió, indicando una profunda conexión con el pasado de su abuelo y los sacrificios sufridos durante esa tumultuosa era. Inspirado por la desinteresada valentía de Nagai, Higashi se ha comprometido a participar en la comunidad, involucrándose activamente en asociaciones vecinales y festivales en Tokio. Cree que al fomentar relaciones dentro de su comunidad, puede extender una mano amiga durante futuros desastres, tal como lo hizo Nagai. “Si llego a conocer a mis vecinos, puedo ayudarlos en tiempos de desastre. Al igual que el Sr. Nagai, quiero ayudar a las personas necesitadas cuando llegue el momento”, afirmó. Este emotivo tributo no solo conmemora un acto heroico del pasado, sino que también sirve como un recordatorio del impacto duradero de la compasión y de la importancia de la resiliencia comunitaria frente a la adversidad. A medida que Higashi y Holland continúan reflexionando sobre su historia compartida, su relato subraya los hilos entrelazados de gratitud y recuerdo que nos une a todos, trascendiendo el tiempo y las circunstancias.