Juan Brignardello Vela
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En un notable regreso a las pistas, Lindsey Vonn realizó la carrera de reconocimiento del descenso en la Copa del Mundo Birds of Prey en Beaver Creek, Colorado, marcando un momento histórico para el esquí alpino femenino. La leyenda del esquí de 40 años, medallista olímpica en tres ocasiones y poseedora de 82 victorias en la Copa del Mundo, proporcionó a sus compañeras del equipo estadounidense las condiciones de la pista antes de la carrera, un papel que asumió con el entusiasmo y la experiencia que han definido su ilustre carrera. A medida que Vonn descendía por la pista, fue recibida con vítores de una multitud entusiasta, un reflejo tanto de su legado como de la importancia de este evento. El día no solo se trataba de su regreso; también simbolizaba un avance para las esquiadoras mientras competían en la desafiante pista Birds of Prey, que normalmente ha sido reservada para hombres. Este fue el primer momento en que las mujeres compitieron en esta pista en particular, habiendo Vonn corrido allí anteriormente en 2011 cuando ganó un evento de Super-G. "Estoy tan malditamente feliz de estar de vuelta aquí", exclamó Vonn después de completar su descenso, un sentimiento que fue compartido por sus compañeras que apreciaron la oportunidad de competir frente a un público local. Para muchos atletas estadounidenses, incluida Lauren Macuga, de 22 años, este evento fue una rara oportunidad para mostrar su talento en un escenario prestigioso, con Macuga terminando cuarta y convirtiéndose en la estadounidense más rápida del día. La energía que rodeaba el evento era palpable, con seguidores locales y amigos de las corredoras saliendo en masa para animar a sus favoritas. Bella Wright, olímpica en 2022, expresó el peso emocional de competir en suelo nacional, destacando la importancia de la presencia de mujeres en una pista tradicionalmente dominada por hombres. La atmósfera fue descrita como eléctrica, con un sentido de alegría permeando el valle mientras la comunidad local abrazaba a sus atletas femeninas. El camino de Vonn de regreso al circuito de la Copa del Mundo es particularmente notable. Después de retirarse en 2019 debido a una serie de lesiones debilitantes, su decisión de regresar no fue tomada a la ligera. Habiendo pasado por una cirugía de reemplazo de rodilla y con más de cinco años desde su última carrera competitiva, Vonn sintió la necesidad de reintegrarse al equipo de esquí de EE. UU., impulsada por su amor por el deporte y la sensación de poder esquiar rápido nuevamente. "Creo que Simone Biles es el ejemplo perfecto de lo que se puede lograr a una edad mayor", comentó Vonn, trazando paralelismos entre su regreso y los logros de otros atletas que continúan desafiando las normas de edad en sus respectivos deportes. Enfatizó que su regreso significaba más que solo participar; se trataba de esforzarse por la excelencia y competir al más alto nivel. Mientras Vonn se prepara para su próximo desafío en el evento de la Copa del Mundo en St. Moritz, Suiza, la atención se centra en si podrá recuperar su posición entre la élite del deporte. Aunque su edad y su historial de lesiones han suscitado escepticismo en algunos, el apoyo de los aficionados y de sus compañeros atletas sigue siendo inquebrantable. La propia Vonn no se deja desanimar, afirmando: "No me reintegro al equipo de esquí de EE. UU. por capricho". Con el mundo observando de cerca, el regreso de Vonn sirve de inspiración no solo para esquiadores aspirantes, sino también para atletas de todos los deportes. Su regreso a las pistas es un testimonio de resiliencia, determinación y el espíritu inquebrantable de la competencia, allanando el camino para futuras generaciones de atletas femeninas en un deporte que ha estado dominado por hombres durante mucho tiempo.