Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En 2024, el mundo del deporte iluminó los titulares con una deslumbrante variedad de hazañas, personalidades y récords, culminando en un año que celebró tanto el brillo individual como el avance colectivo de los deportes femeninos. Con los Juegos Olímpicos de París como un gran telón de fondo, el panorama del atletismo se sintió más rico y vibrante que nunca, mostrando la intersección de talento, cultura y comercio. A la vanguardia de este año notable estuvo Caitlin Clark, cuyas electrizantes actuaciones en la cancha de baloncesto trascendieron la narrativa convencional del atletismo universitario. Al romper el récord de anotaciones en la Universidad de Iowa, Clark cautivó a un público más joven, llevando a los Hawkeyes a la final del campeonato de la NCAA. Aunque Iowa cayó ante un equipo impecable de Carolina del Sur dirigido por Dawn Staley, el partido atrajo a la asombrosa cifra de 18.9 millones de espectadores en ESPN, superando con creces la audiencia del partido por el título masculino. La influencia de Clark no se detuvo en el nivel universitario; como la selección número 1 en el Draft de la WNBA, impulsó las cifras de asistencia a un máximo de 22 años, con sus partidos promediando más de un millón de espectadores. El éxito de Clark y su compañera novata, Angel Reese de las Chicago Sky, encendió un renacimiento en los deportes femeninos, impulsado por una mayor visibilidad e inversión. La experta en gestión deportiva Nefertiti Walker articuló este fenómeno como una "tormenta perfecta" de tiempo y dinámicas culturales, donde las estrellas en ascenso no solo están remodelando la narrativa en torno al atletismo femenino, sino también impulsando el crecimiento económico dentro del sector. La atención sin precedentes sobre los deportes femeninos se reflejó en lugares como Rough & Tumble, un bar de Seattle que se convirtió en un centro para los aficionados tanto a los juegos masculinos como femeninos, destacando un cambio en el comportamiento del consumidor. Sin embargo, el año no estuvo exento de desafíos. Mientras el mundo del deporte abrazaba la creciente popularidad del atletismo femenino, también enfrentaba el lado más oscuro de la visibilidad aumentada: el acoso y el abuso en línea. Atletas como Reese, que discutieron abiertamente el torrente de amenazas que recibieron, destacaron un aspecto preocupante del fanatismo que ha surgido en una era de mayor compromiso y presencia en redes sociales. Mary Harvey, directora ejecutiva del Centro para el Deporte y los Derechos Humanos, enfatizó que el acoso que enfrentan los atletas, independientemente de su género, sigue siendo un problema global urgente. En medio de estas luchas, 2024 también encapsuló hitos significativos en varios deportes. Los Los Angeles Dodgers, liderados por Shohei Ohtani, se coronaron campeones de la Serie Mundial al vencer a los legendarios New York Yankees. Los Boston Celtics celebraron su 18° campeonato de la NBA, mientras que los Kansas City Chiefs triunfaron una vez más en el Super Bowl, con la ícono pop Taylor Swift animando desde la línea de banda. En tenis, Novak Djokovic continuó sumando a su leyenda, mientras que leyendas como Cristiano Ronaldo y Lionel Messi navegaban el ocaso de sus ilustres carreras con contratos impresionantes y bases de aficionados dedicadas. Los Juegos Olímpicos de París mostraron aún más la evolución del deporte, con paridad de género en la participación de atletas y actuaciones innovadoras de estrellas como Simone Biles y Katie Ledecky. Sin embargo, también surgieron controversias, especialmente en torno a la inclusión de atletas transgénero, lo que generó discusiones que resonaron más allá del ámbito deportivo y en la esfera política, especialmente en el contexto de las elecciones presidenciales de EE. UU. A medida que el mundo del deporte avanza hacia 2025, los signos de transformación son palpables. Las ligas femeninas están en expansión, los patrocinios están creciendo y el potencial económico de los deportes femeninos se está haciendo realidad. Con la WNBA negociando un lucrativo acuerdo de derechos de medios y franquicias como Angel City FC alcanzando valoraciones récord, está claro que los deportes femeninos se han establecido firmemente como una empresa rentable, ya no relegados a la periferia del atletismo. El año 2024 será recordado no solo por la destreza atlética exhibida, sino por las mareas cambiantes que han llevado a los deportes femeninos al primer plano de la conciencia pública. A medida que Clark, Reese y sus contemporáneas continúan brillando, los cimientos establecidos en 2024 prometen dar paso a una nueva era para las mujeres en el deporte, una que prioriza tanto la equidad como el éxito en todos los niveles.