Cambio a bombas de calor eléctricas: un cambio radical para la salud, el ahorro y las emisiones.

Cambio a bombas de calor eléctricas: un cambio radical para la salud, el ahorro y las emisiones.

Un nuevo informe aboga por reemplazar los electrodomésticos de combustibles fósiles por bombas de calor eléctricas, prometiendo mejoras en la salud, ahorros económicos y reducción de emisiones.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Salud

En un esfuerzo significativo por una energía más limpia, un nuevo análisis de Rewiring America destaca los extensos beneficios de la transición de los hogares estadounidenses de electrodomésticos a gas y petróleo a bombas de calor eléctricas. El informe esboza una visión en la que la adopción de estos sistemas energéticamente eficientes podría no solo generar ahorros económicos sustanciales, sino también salvar miles de vidas cada año. Según el estudio, si todos los hogares estadounidenses reemplazaran sus sistemas de calefacción, calentadores de agua y secadoras de ropa a base de combustibles fósiles por bombas de calor eléctricas, EE. UU. podría ver una asombrosa reducción en las emisiones anuales de gases de efecto invernadero de aproximadamente 400 millones de toneladas métricas. Esta disminución equivale a sacar 40 millones de automóviles de las carreteras, un logro monumental en la lucha contra el cambio climático. El informe también estima que las partículas finas y otros contaminantes del aire dañinos disminuirían en aproximadamente 300,000 toneladas. Actualmente, alrededor de dos tercios de los hogares en EE. UU. dependen de combustibles fósiles como gas natural, propano y petróleo para sus necesidades energéticas. Estas fuentes liberan óxidos de nitrógeno y otros contaminantes nocivos que no solo degradan la calidad del aire, sino que también representan serios riesgos para la salud. El estudio sugiere que al eliminar estos electrodomésticos a base de combustibles fósiles, el país podría prevenir aproximadamente 3,400 muertes prematuras anualmente. Además, el análisis prevé una reducción de 1,300 visitas al hospital y 220,000 ataques de asma menos, lo que se traduce en unos $40 mil millones en beneficios para la salud. Wael Kanj, asociado de investigación senior en Rewiring America y autor principal del informe, enfatiza el profundo impacto de simplemente cambiar los electrodomésticos del hogar. "Es revelador en términos de los impactos significativos", declaró Kanj, subrayando los beneficios duales de los ahorros económicos y las mejoras en la salud. Si bien la transición a electrodomésticos eléctricos podría ahorrar a los consumidores alrededor de $60 mil millones en facturas anuales de energía, los posibles beneficios ambientales y de salud dependen de cómo se produzca la electricidad necesaria. Las fuentes de energía limpia, como la eólica y la solar, pueden amplificar significativamente los resultados positivos, mientras que la dependencia de electricidad generada a partir de combustibles fósiles los disminuiría. Rob Jackson, un científico del clima en la Universidad de Stanford, señaló que las regiones que dependen en gran medida del carbón, como Virginia Occidental, verían menos beneficios que aquellas que utilizan fuentes de energía más limpias. A medida que más hogares adoptan bombas de calor—dispositivos que ya han superado en ventas a las calderas de gas en los últimos años—hay crecientes llamados a un examen exhaustivo de los electrodomésticos del hogar y su impacto en la calidad del aire. Yifang Zhu, profesora en la Escuela de Salud Pública Fielding de UCLA, subraya la importancia de esta nueva investigación para comprender cómo la electrificación de los electrodomésticos puede generar beneficios más allá de la simple mejora de la calidad del aire interior. Sin embargo, el informe no está exento de controversia. La Asociación Americana de Gas ha impugnado los hallazgos, argumentando que el gas natural sigue siendo una opción rentable y de menor emisión para la calefacción. Su investigación afirma que los electrodomésticos de gas natural de alta eficiencia pueden superar a los sistemas eléctricos en climas más fríos. Además, mencionan un estudio de la Organización Mundial de la Salud que disputa los vínculos entre el uso de gas y el aumento del riesgo de asma, aunque reconoce un posible aumento en otros problemas respiratorios. A medida que el gobierno federal impulsa la electrificación a través de iniciativas como la Ley de Reducción de la Inflación, que ha asignado casi $9 mil millones para reembolsos de energía doméstica, el panorama del uso de energía en los hogares está a punto de transformarse. Con más de 250,000 familias aprovechando los créditos fiscales para bombas de calor, el impulso hacia la electrificación es innegable. Sin embargo, el futuro de estos reembolsos—y el potencial para una mayor adopción de bombas de calor—puede verse influenciado por decisiones políticas venideras, incluyendo declaraciones del presidente electo Donald J. Trump sobre la posible derogación de legislación de apoyo. En resumen, el informe de Rewiring America presenta un caso convincente para la adopción generalizada de bombas de calor eléctricas, no solo por sus ventajas económicas, sino también por su potencial transformador en la mejora de la salud pública y la reducción de emisiones. El desafío sigue siendo garantizar que el cambio hacia la electrificación esté acompañado de un aumento robusto en la generación de energía limpia, maximizando los beneficios tanto para los individuos como para el medio ambiente.

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