Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En una respuesta dramática a la reciente erupción del Monte Kanlaon, las autoridades en Filipinas están llevando a cabo una evacuación masiva de aproximadamente 87,000 residentes de aldeas situadas cerca de las laderas occidental y sur del volcán. La erupción, que ocurrió el 9 de diciembre de 2024, envió una imponente columna de ceniza y gas sobrecalentado cayendo por el volcán, lo que llevó al gobierno a elevar el nivel de alerta, señalando el potencial de una actividad explosiva adicional. Si bien no se han reportado víctimas inmediatas, el Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología ha clasificado la erupción como significativa, siendo necesario un monitoreo continuo para evaluar la calidad del aire y la posible exposición a gases tóxicos. La erupción dejó una vasta área cubierta de ceniza volcánica, afectando regiones a hasta 200 kilómetros de distancia, incluyendo la provincia de Antique, y generando serias preocupaciones de salud. Los vuelos locales en la región se vieron interrumpidos, con al menos seis vuelos domésticos y un vuelo con destino a Singapur cancelados, mientras que otros dos fueron desviados debido a las condiciones peligrosas. La Oficina de Defensa Civil confirmó que los pueblos y aldeas en la zona de peligro de 6 kilómetros alrededor de Kanlaon, particularmente La Castellana en Negros Occidental, son el foco de los esfuerzos de evacuación. Casi 47,000 personas están siendo reubicadas como parte de estas medidas urgentes. La alcaldesa Rhumyla Mangilimutan de La Castellana informó que más de 6,000 evacuados ya han buscado refugio en centros de evacuación, mientras que otros están encontrando alojamiento temporal con miembros de la familia. En respuesta a la creciente crisis, el presidente Ferdinand Marcos Jr. anunció que su administración está preparada para proporcionar el apoyo necesario a la población desplazada. La visita temprana del Secretario de Bienestar Social a las áreas afectadas destaca el compromiso del gobierno de abordar las necesidades de quienes se han visto afectados por la erupción. Mientras las autoridades organizan recursos para los evacuados, incluyendo mascarillas, alimentos y suministros de higiene, las escuelas en las áreas más vulnerables han sido cerradas, y se ha impuesto un toque de queda nocturno para garantizar la seguridad. Las secuelas de la erupción son especialmente preocupantes a medida que el país se acerca a la temporada navideña, un tiempo típicamente marcado por reuniones familiares y viajes. El vulcanólogo Teresito Bacolcol indicó que la erupción duró casi cuatro minutos y creó una corriente de densidad piroclástica, un fenómeno peligroso que puede incinerar todo a su paso. El potencial de futuras erupciones sigue siendo una preocupación seria; por lo tanto, los esfuerzos de monitoreo continuarán, particularmente para evaluar si la erupción fue causada por el magma ascendente o la liberación de escombros volcánicos antiguos. Filipinas, situada en el "Cinturón de Fuego" del Pacífico, no es ajena a las erupciones volcánicas y desastres naturales, enfrentando un promedio de 20 tifones y tormentas cada año, lo que hace que la situación actual sea aún más crítica. Los relatos históricos de la actividad del Monte Kanlaon subrayan los riesgos, ya que erupciones anteriores han llevado a la pérdida de vidas y evacuaciones extensas. A medida que la región se prepara para lo que pueda venir, la resiliencia de las comunidades locales y las rápidas acciones de los funcionarios gubernamentales serán vitales para mitigar el impacto de este desastre natural.