Maratón de la Ciudad de México: Historias de superación y unidad entre corredores

Maratón de la Ciudad de México: Historias de superación y unidad entre corredores

El Maratón de la Ciudad de México reunió a más de 30,000 corredores, celebrando la superación personal y la camaradería en cada kilómetro.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Deportes

El pasado 25 de agosto, la Ciudad de México se convirtió en el epicentro de la pasión y la determinación con la celebración de la 41ª edición del Maratón de la Ciudad de México. Este evento, que congregó a más de 30,000 corredores, no solo fue una carrera; fue una celebración de vidas, sueños y la indomable voluntad humana. Desde las primeras luces del día, el Estadio de Ciudad Universitaria se llenó de una atmósfera electrizante, donde la mezcla de nervios y esperanza se palpaba en el aire, marcando el inicio de una jornada inolvidable. Cada corredor en la línea de salida trae consigo una historia única, un “proyecto maratón” que refleja meses de sacrificio, dedicación y entrenamiento. Para muchos, este maratón representa una transformación personal, un camino hacia la superación que va más allá de la simple competencia. Cada zancada se convierte en una meditación en movimiento, donde el sudor y las endorfinas fluyen, creando un estado de bienestar que nutre el cuerpo y el alma. La edición de este año introdujo una iniciativa que busca resaltar la grandeza del maratón mexicano. Con la meta ambiciosa de completar la carrera en menos de 3 horas, esta propuesta atrajo a cientos de aspirantes que soñaban con desafiar sus límites. Sin embargo, la realidad es que solo un 1% de los participantes ha tenido éxito en este objetivo en ediciones pasadas. A pesar de este gran desafío, la convocatoria generó un ecosistema de motivación y apoyo entre los corredores. De los numerosos aspirantes, 60 fueron seleccionados para formar parte de esta experiencia enriquecedora. Hombres y mujeres provenientes de diferentes rincones del país se unieron con un propósito común: acompañarse en cada kilómetro del recorrido, demostrándose que en este maratón, la unión hace la fuerza. A pesar de algunas bajas en el camino, 53 corredores se lanzaron a las calles con una actitud positiva y una determinación inquebrantable, listos para enfrentar la ruta. A medida que avanzaban en la carrera, el cansancio y la fatiga se hacían evidentes, pero la camaradería brillaba en cada paso. Las palabras de aliento y las preguntas sinceras como "¿cómo estás?" resonaban en los tramos más difíciles, creando un ambiente de apoyo incondicional que transformaba el dolor en energía compartida. Algunos disminuyeron el ritmo; otros lucharon por mantenerlo, pero todos compartieron el mismo objetivo: cruzar la línea de meta. Entre los participantes de esta singular iniciativa, 12 corredores lograron cumplir su sueño de completar el maratón en menos de 3 horas. Sin embargo, el verdadero triunfo no residió únicamente en esos tiempos marcados, sino en la entrega y el esfuerzo colectivo de cada uno de ellos. La verdadera victoria fue dar lo mejor de sí, desafiando sus propios límites y descubriendo la fortaleza que reside en el espíritu humano. Días después del maratón, el impacto de esta experiencia se hace sentir. Nuevos maratonistas emergen, al igual que renovados sueños y proyectos inspirados en el poder del running. Este evento no solo promueve la actividad física, sino que también crea un espacio inclusivo donde cada persona puede encontrar apoyo y motivación en su camino hacia el logro de sus metas más ambiciosas. El Maratón de la Ciudad de México es considerado por muchos como uno de los más hermosos del mundo, no solo por su ruta, sino por la energía que se vive en cada paso. La comunidad de corredores sigue creciendo, y con ella, la oportunidad de crear vínculos significativos y vivencias inolvidables. Así, la experiencia va más allá del deporte; se transforma en una celebración de la vida. La invitación está abierta para todos: sigamos corriendo juntos hacia nuevos horizontes. Cada paso cuenta, y cada historia importa. El viaje apenas comienza, y el maratón de la vida nos espera para ser conquistado. En este camino, no solo se trata de cruzar la línea de meta, sino de disfrutar cada momento del recorrido, porque en cada zancada se encuentra la posibilidad de transformación.

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