Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En los últimos años, el surf ha tomado un impulso significativo en Lima, convirtiéndose en una actividad accesible para peruanos y turistas por igual. La pandemia, que cerró muchas opciones de entretenimiento, hizo que muchos jóvenes como Alejandro Puiggrós y Bryan Virijivich buscaran nuevas pasiones en el océano. Alejandro, de 15 años, encontró en el surf una forma de liberarse del encierro, mientras que Bryan, de 14, busca mejorar su técnica para competir en torneos. Este creciente interés ha llevado a un auge en las escuelas de surf a lo largo de la costa limeña. Uno de los hitos recientes que ha contribuido a esta popularidad es el cuarto lugar obtenido por el surfista peruano Alonso Correa en los Juegos Olímpicos de París. Este éxito ha inspirado a una nueva generación de surfistas, quienes ven en este deporte no solo una forma de entretenimiento, sino también una oportunidad de alcanzar logros significativos. Pablo Doig, un instructor destacado, señala que surfistas como Lucca Mesinas y Sol Aguirre están motivando a otros jóvenes a seguir sus pasos, creando una comunidad apasionada por el surf. La playa Makaha, ubicada en Miraflores, ha sido un punto neurálgico para el surf en Perú desde las décadas de los 50 y 60. Este lugar ha visto nacer a numerosos surfistas que han conquistado olas en todo el mundo. En los últimos veinte años, la playa se ha convertido en un hervidero de escuelas de surf que ofrecen clases a principiantes y experimentados. La diversidad de academias, desde las más formales hasta las informales, asegura que cualquier persona interesada pueda encontrar el lugar adecuado para aprender. Roberto 'Muelas' Meza, un multicampeón nacional y pionero en la enseñanza del surf, ha liderado la creación de programas que permiten a los estudiantes aprender de manera efectiva y segura. Otras escuelas como Corzo Surf School y Tubos Surf School han surgido, cada una con su enfoque particular pero todas compartiendo el mismo amor por el mar y el deporte. Pablo Doig, director de Tubos Surf School, enfatiza la importancia de tener paciencia y respeto por el océano. Los expertos coinciden en que la mejor edad para comenzar a surfear es a partir de los siete años, cuando los niños pueden desarrollar la fuerza necesaria. Sin embargo, esto no significa que los adultos no puedan unirse a la diversión. Muchos instructores recomiendan clases personalizadas para aquellos que desean aprender en un ambiente más controlado. Estas sesiones permiten una atención individualizada donde los instructores pueden ayudar a los principiantes a superar los desafíos iniciales. El surf, como cualquier deporte, implica caídas y golpes. Doig menciona que estas experiencias son parte del aprendizaje y que cada caída es una oportunidad para levantarse y seguir intentándolo. Además, el surf no solo se trata de la técnica, sino también de entender el mar y sus condiciones. Cada playa tiene su propia dinámica, y conocerla es fundamental para disfrutar y aprender en el agua. Con el reconocimiento internacional de las olas peruanas, un número creciente de turistas de diversas partes del mundo están visitando Lima con el objetivo de surfear, aunque solo sea una vez en su vida. La demanda de clases de surf ha llevado a algunas empresas a contratar servicios para sus empleados, buscando no solo diversión, sino también fortalecer habilidades físicas y emocionales a través del deporte. No es necesario ser un nadador experto para disfrutar del surf en Lima. Con algunos conocimientos básicos, una guía y la motivación necesaria, cualquier persona puede experimentar la emoción de surfear. Las olas del Pacífico se encuentran disponibles para aquellos que deseen atreverse a enfrentarse a ellas. El surf se ha convertido en un fenómeno en la capital peruana, uniendo a locales y visitantes en una celebración de la vida, la libertad y la naturaleza. Desde los jóvenes que buscan competir hasta los adultos que simplemente desean experimentar la sensación de deslizarse sobre el agua, el surf en Lima continúa creciendo y evolucionando, reafirmando su lugar en la cultura y el corazón de todos los que lo practican.