Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La conmoción ha invadido el mundo del fútbol peruano tras la reciente publicación de Hansell Riojas en sus redes sociales. El futbolista de 32 años, quien acaba de finalizar su contrato con el Unión Comercio, dejó un mensaje desgarrador en Instagram que ha levantado serias preocupaciones sobre su estado emocional y mental. Las palabras del jugador han resonado profundamente entre sus seguidores y la comunidad deportiva, quienes se han mostrado alarmados por la gravedad de su situación. En su mensaje, Riojas describe un estado de desesperanza que muchos han calificado como una señal de alerta. Su relato de "mucho tiempo muriendo cada noche" y el "dolor agudo" que siente, refleja una lucha interna que parece haberse intensificado tras su salida del club. Es común que los atletas enfrenten presiones únicas, tanto dentro como fuera del campo, pero las palabras de Hansell pintan un cuadro de angustia que trasciende lo deportivo. La situación de Riojas plantea preguntas sobre el bienestar mental de los deportistas en un entorno que a menudo prioriza el rendimiento y la competitividad por encima del cuidado personal. La finalización de un contrato puede ser un momento decisivo para cualquier jugador, generando incertidumbre sobre su futuro y su identidad. Para muchos, el deporte no solo es un trabajo, sino una parte fundamental de su vida y su sentido de pertenencia. La publicación ha generado un torrente de apoyo en las redes sociales, con amigos, colegas y seguidores expresando su preocupación y ofreciendo palabras de aliento. Sin embargo, también ha abierto un debate sobre la importancia de la salud mental en el deporte, y la necesidad de contar con sistemas de apoyo que ayuden a los atletas a enfrentar momentos de crisis. En un entorno donde la vulnerabilidad a menudo se percibe como una debilidad, el caso de Riojas pone de relieve la necesidad de romper el estigma que rodea a la salud mental. Además de su carrera en el fútbol, el deportista ha tenido una trayectoria que incluye pasajes por diversos clubes de la Liga 1, como Alianza Lima y Deportivo Municipal. Cada uno de estos equipos ha sido testigo de su talento, pero también de la presión que conlleva ser un profesional en un país donde el fútbol es más que un deporte, es una pasión nacional. La transformación de un jugador querido a un individuo que se siente solo y perdido es, quizás, un recordatorio de la fragilidad humana. En su mensaje, Riojas se disculpa por no poder responder o por ignorar a aquellos que se preocupan por él. Esto revela una lucha interna no solo con su dolor, sino también con las expectativas externas que a menudo pesan sobre los atletas. La expectativa de ser siempre fuerte, siempre competitivo, puede resultar abrumadora, y el hecho de que haya llegado a un punto de desesperanza es alarmante. La frase "ojalá pudiera cerrar mis ojos y no abrirlos más" es especialmente inquietante. Revela un deseo profundo de escapar de un sufrimiento que parece interminable. Este tipo de expresiones son, lamentablemente, más comunes de lo que se podría imaginar entre deportistas, quienes, a pesar de ser vistos como figuras fuertes y resilientes, también son seres humanos que enfrentan sus propios demonios. Es imperativo que esta situación sirva como un llamado a la acción para la comunidad deportiva y la sociedad en general. Los clubes, federaciones y entornos deportivos deben desarrollar e implementar programas de apoyo psicológico que ayuden a los jugadores a afrontar no solo el aspecto físico del deporte, sino también el mental y emocional. La salud mental es un aspecto crucial que no se puede pasar por alto en un entorno tan competitivo. Mientras tanto, los seguidores de Hansell Riojas esperan que reciba la ayuda que necesita y que pronto vuelva a encontrar su camino. La comunidad del fútbol se une con la esperanza de que su mensaje no solo llame la atención sobre su situación, sino que también impulse un cambio positivo en la forma en que se aborda la salud mental en el deporte. La lucha de un solo jugador puede ser un reflejo de las luchas de muchos otros, y es fundamental que se escuche su voz.