Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En una notable exhibición de talento y resiliencia, el mariscal de campo de Texas, Quinn Ewers, se ha posicionado firmemente como un candidato destacado para el título de mejor mariscal de campo del país. Tras una contundente victoria de 31-12 contra Michigan, Ewers no solo ha registrado triunfos en dos de los programas más prestigiosos del fútbol americano universitario—Alabama y Michigan—en temporadas consecutivas, sino que también se ha destacado en la historia del deporte. La actuación de Ewers ha sido nada menos que impresionante. Con una tasa de completación del 65 por ciento, ha acumulado 595 yardas, lanzado seis touchdowns y, de manera notable, aún no ha lanzado una intercepción en estos desafiantes partidos de visitante. Este logro es sin precedentes; las investigaciones históricas indican que ningún otro mariscal de campo ha logrado victorias en Alabama y Michigan bajo tales circunstancias. A pesar de esto, los logros de Ewers parecen estar eclipsados por el entusiasmo que rodea a talentos más jóvenes—más notablemente Arch Manning, un recluta de cinco estrellas y sobrino de la leyenda de la NFL, Peyton Manning. Como señaló el entrenador en jefe Steve Sarkisian, hay una expectativa de que los medios y los aficionados aprecien el liderazgo y los logros de Ewers en lugar de esperar ansiosamente la próxima gran historia. El juego del sábado mostró no solo la destreza de Ewers, sino también su capacidad para mantener a su equipo enfocado y cohesionado en medio de la presión, convirtiendo ocho de diez terceros downs solo en la primera mitad. El camino de Ewers ha estado lleno de desafíos. La transición de ser un recluta de cinco estrellas en la escuela secundaria Southlake Carroll a Ohio State, y luego transferirse a Texas tras un tiempo de juego limitado, le ha hecho enfrentar constantemente especulaciones sobre su posición, particularmente con la llegada de Manning. Sin embargo, Ewers ha estado a la altura de las circunstancias, asumiendo con gracia y determinación el pesado manto de ser el mariscal de campo de Texas. Su capacidad para mantener la calma bajo presión—tanto en el campo como ante el escrutinio de los medios—ha sido fundamental para guiar a Texas de regreso a la prominencia después de años de mediocridad. En el juego del sábado, los contratiempos ofensivos, como las penalizaciones, no desalentaron a Ewers. En cambio, demostró una excepcional compostura al liderar una serie de seis jugadas que culminó en un touchdown, mostrando su capacidad para adaptarse y motivar a sus compañeros. Sarkisian destacó el notable enfoque de Ewers en medio del caos de un estadio rugiente, un testimonio de su fortaleza mental. A medida que los Texas Longhorns abrazan su resurgimiento en el fútbol americano universitario, están listos para contender por un lugar en los playoffs de fútbol americano universitario y potencialmente por un campeonato nacional. Los próximos desafíos, incluyendo partidos de rivalidad y oponentes de primer nivel, pondrán a prueba las habilidades y el liderazgo de Ewers. Sin embargo, las señales son prometedoras; Texas no solo ha vuelto a la conversación—son contendientes, y Ewers está al mando. Mientras los aficionados celebraban la victoria con el tradicional canto de "The Eyes of Texas," un mensaje claro resonó en el Estadio de Michigan. Los vítores por Ewers ahogaron cualquier duda persistente sobre la posición de mariscal de campo, con entusiastas seguidores reconociendo sus contribuciones y habilidades. Es un momento crucial para el fútbol de Texas, y es hora de que la narrativa cambie para celebrar a Ewers no solo como un jugador en el centro de atención, sino como un líder fundamental de un equipo que está listo para recuperar su lugar entre la élite del fútbol americano universitario. Con Ewers a la vanguardia, los aficionados de Texas tienen todas las razones para creer que esta temporada podría marcar el comienzo de una nueva era—una definida por la excelencia y el potencial de gloria en el campeonato.