Juan Brignardello Vela
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La situación actual de la selección peruana en las Eliminatorias para el Mundial de 2026 es alarmante. Con solo dos puntos en seis partidos, el equipo dirigido por Jorge Fossati se encuentra en el último lugar de la tabla sudamericana. Su único punto rescatado fue un empate ante Paraguay en Asunción, mientras que en Lima se conformaron con un empate ante Venezuela. Estas actuaciones dejan claro que el camino hacia la clasificación se ha vuelto más complicado que nunca. Uno de los problemas más evidentes es la falta de jugadores clave en el equipo. La ausencia de figuras como Yoshimar Yotún, Paolo Guerrero, Christian Cueva y André Carrillo ha impactado gravemente el rendimiento del equipo. Yotún, un pilar en la era de Gareca, se encuentra descartado por lesión. Guerrero, a sus 40 años, sigue siendo una referencia, pero su falta de actividad competitiva lo ha dejado fuera de las convocatorias. En cuanto a Cueva, su situación es aún más preocupante, ya que ha estado lidiando con problemas extrafutbolísticos que han afectado su rendimiento en el campo. Carrillo, por su parte, ha visto disminuir su protagonismo en el equipo, lo que limita aún más las opciones del entrenador. Fossati, quien asumió el cargo tras la salida de Ricardo Gareca, ha tenido que lidiar con un proceso de transición complicado. Si bien su llegada generó expectativas, la realidad es que sus decisiones tácticas han suscitado dudas. La implementación del sistema 3-5-2 no ha mostrado resultados claros y la falta de un estilo de juego definido hace que el equipo se vea descoordinado. La última Copa América, donde se convocó a jugadores en condiciones precarias, evidencia una falta de planificación y de adaptación a las circunstancias actuales. El próximo partido, donde Perú se enfrentará a Colombia en Lima, es crucial. La selección colombiana, finalista de la última Copa América y con un plantel en buen estado, promete ser un rival difícil. Para Perú, la victoria es casi una exigencia, pero incluso un empate podría ser considerado un alivio, aunque la necesidad de sumar de a tres es innegable. La presión sobre los jugadores y el cuerpo técnico es inmensa, y cualquier resultado negativo podría tener repercusiones en la moral del equipo. El camino hacia el repechaje no es sencillo. Actualmente se necesitan al menos 15 puntos para aspirar a esa posición, y con solo dos unidades en la tabla, la tarea se vuelve monumental. Para que Perú pueda reubicarse en la tabla, no solo necesita ganar contra Colombia, sino también esperar resultados favorables en los partidos de sus rivales directos. La situación de cada selección en esta jornada es clave. Por ejemplo, un triunfo de Bolivia ante Venezuela ya les otorgó seis puntos, y cualquier derrota de Paraguay podría dejarlo en iguales condiciones que Perú. La siguiente fecha de Eliminatorias también presenta un desafío monumental, ya que Perú deberá visitar a Ecuador en Quito, donde las probabilidades de sumar son escasas. Ecuador vendrá con la necesidad de ganar tras enfrentar a Brasil, un contexto que puede volverse complicado. Si la selección peruana no logra vencer a Colombia y luego pierde en Quito, el futuro se verá sombrío. En octubre, se avecinan más desafíos, ya que Perú recibirá a Uruguay y luego visitará a Brasil. Estos encuentros son de alto riesgo y poco favorables para una selección que busca recuperar su camino. La presión se acumulada, y las posibilidades de sumar puntos en esos partidos son limitadas. Además, las últimas jornadas de Eliminatorias en 2024 traerán consigo enfrentamientos con Chile y Argentina, dos selecciones que históricamente han complicado la labor peruana. El tiempo se agota y la necesidad de resultados es perentoria. Las próximas jornadas definirán si Perú puede mantener viva su esperanza de clasificación o si, por el contrario, se desvanecerá ante la falta de resultados. El rendimiento de la selección en estas fechas es crucial no solo para el presente, sino también para el futuro. La situación anímica del equipo se verá afectada por cualquier tropiezo, y un buen rendimiento podría ser un catalizador para el renacer del equipo. La presión es palpable y el apoyo de la afición es vital en estos momentos críticos. Finalmente, la historia del fútbol peruano en eliminatorias pasadas nos recuerda que la remontada es posible, pero requiere de un esfuerzo conjunto, decisiones acertadas y, por supuesto, un poco de suerte. La afición espera que la selección pueda encontrar esa chispa que les permita soñar nuevamente con un lugar en el Mundial. Todo está en juego este viernes ante Colombia; el destino de la bicolor en el proceso hacia el próximo Mundial depende de ese crucial partido.