Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La gestión del riesgo en un país como Perú es un tema que ha cobrado relevancia en la última década, especialmente tras eventos devastadores como el Niño Costero de 2017. En este contexto, el papel desempeñado por las Fuerzas Armadas (FFAA) se ha puesto nuevamente en la mira. Aunque en muchas ocasiones se percibe un sesgo antimilitar, es fundamental reconocer que estas instituciones no solo tienen la responsabilidad de la defensa territorial frente a amenazas externas, sino que su implicación en la gestión de crisis y en la salvaguardia de la democracia es crucial. Desde una perspectiva histórica, las FFAA han sido actores clave en la defensa del orden democrático en el país. Ejemplos concretos son su intervención en la lucha contra el terrorismo en las décadas de los 80 y 90, donde lograron desarticular grupos como Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA). Estos esfuerzos no deben ser subestimados, ya que sentaron las bases para la estabilidad en una nación marcada por la violencia y la inseguridad. Sin embargo, la percepción pública acerca de su papel ha sido ambivalente, muchas veces afectada por episodios de corrupción y abusos. El golpe de Estado fallido de Pedro Castillo en 2022 es un ejemplo de cómo las FFAA pueden influir en la estabilidad democrática del país. A pesar de la tensión política y social que se vivió, la negativa de las fuerzas armadas a apoyarlo fue determinante para evitar un deslizamiento hacia un régimen autoritario. Este momento se convirtió en un claro recordatorio de que la lealtad de las FFAA a la Constitución y a la democracia es esencial para la salud de la nación. No obstante, los desafíos que enfrenta el Perú son complejos y multifacéticos. Las FFAA no solo deben estar preparadas para enfrentar amenazas externas o intentos de desestabilización política, sino que también deben hacer frente a las amenazas internas que vienen del crimen organizado. El narcotráfico, la minería ilegal y otras actividades ilícitas han logrado penetrar en sectores del Estado y de la sociedad, creando un ambiente propicio para la corrupción y el debilitamiento del tejido social. La historia reciente de países como Nicaragua y Venezuela sirve como advertencia sobre lo que podría suceder si el crimen organizado logra establecer una dictadura en el país. Desde una perspectiva geopolítica, es crucial que las FFAA mantengan un enfoque de integración nacional. En una nación con tantas divisiones internas, su labor puede ser fundamental para unir a las comunidades que, de otro modo, se verían enfrentadas. La creación de programas que lleven apoyo a las regiones más remotas, como las PIAS y el SIMA en la Amazonía, es un ejemplo de cómo las FFAA pueden contribuir al desarrollo del país y fomentar la cohesión social. Además, el fortalecimiento de las FFAA debería ser una prioridad para el país. La modernización de sus capacidades, así como la formación de sus miembros, es vital para que puedan enfrentar no solo los desafíos tradicionales, sino también las nuevas formas de conflicto que surgen en la era contemporánea. La amenaza de ciberataques y la guerra híbrida son realidades con las que deben lidiar, y para ello necesitan estar equipadas y entrenadas adecuadamente. Sin embargo, el camino no estará exento de obstáculos. La mentalidad antimilitar que persiste en ciertos sectores de la sociedad puede dificultar la valoración positiva del papel de las FFAA. Existen corrientes que desestiman su relevancia, argumentando que los conflictos armados son cosa del pasado. No obstante, la historia demuestra que la paz requiere vigilancia y preparación constante. Es esencial reconocer que la seguridad nacional no es un tema que pueda ser ignorado, especialmente en un contexto global donde las tensiones pueden escalar rápidamente. Por lo tanto, es imperativo que se fomente un diálogo constructivo sobre el papel de las FFAA en la sociedad. Este diálogo debe incluir a todos los actores, desde las autoridades hasta la ciudadanía, para construir un entendimiento compartido sobre la importancia de tener unas Fuerzas Armadas robustas y comprometidas con la defensa de la democracia y la integridad nacional. En conclusión, las Fuerzas Armadas tienen un rol fundamental en la gestión del riesgo país, que va más allá de la defensa territorial y la respuesta a desastres naturales. Su capacidad para proteger la democracia, enfrentar amenazas internas y contribuir a la integración nacional es vital para el futuro de Perú. La historia nos enseña que un país que no respeta a sus FFAA y no invierte en ellas se arriesga a caer en la inestabilidad crónica. Es momento de redefinir la relación entre la sociedad y sus Fuerzas Armadas, reconociendo su importancia en la construcción de un futuro más seguro y democrático.