Paolo Guerrero regresa a Alianza Lima en medio de controversias y expectativas altas

Paolo Guerrero regresa a Alianza Lima en medio de controversias y expectativas altas

Paolo Guerrero firma con Alianza Lima hasta 2025, marcando su regreso y enfrentando tensiones legales tras dejar César Vallejo.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

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Paolo Guerrero, el icónico goleador histórico de la selección peruana, ha firmado un contrato que lo vincula con Alianza Lima hasta diciembre de 2025, un acuerdo que marca un hito en su carrera deportiva y que seguramente representa su últimos capítulos como futbolista profesional. A sus casi 41 años, Guerrero regresa a La Victoria con la ilusión renovada de dejar una huella imborrable en el club donde comenzó su carrera. Sin embargo, este retorno no ha estado exento de controversias, especialmente en relación con su salida del Club César Vallejo, la cual ha generado tensiones legales y comentarios sobre la formalidad en el fútbol peruano. En un giro inesperado, Guerrero presentó una renuncia que le permitió liberarse de su contrato con Vallejo, aunque esto podría acarrear consecuencias legales significativas, según el abogado deportivo Marcelo Bee Sellares. Este movimiento ha sido visto por algunos como polémico y ha abierto la puerta a una posible demanda económica por parte del club trujillano. A pesar de esta complejidad, Guerrero se muestra optimista y enfocado en su nuevo desafío con los íntimos, donde espera demostrar su valía en el terreno de juego. El acuerdo alcanzado entre Guerrero y Alianza Lima es un claro indicativo del impacto que el delantero tiene en el fútbol peruano. No solo es un jugador respetado por su trayectoria y habilidades, sino que su retorno también representa la continuidad de una historia de amor entre el jugador y el club que lo vio nacer. Se espera que la bienvenida a Guerrero sea un evento significativo, con la presencia de su madre, Doña Peta, y otros exjugadores que han dejado su marca en la institución, como Jefferson Farfán. Aunque la emoción por su regreso es palpable, la directiva de Alianza ha optado por no presentar oficialmente a Guerrero durante la final de la Liga Femenina, reconociendo la importancia de este evento para las jugadoras. Este gesto subraya la voluntad del club de brindar el protagonismo que merecen las mujeres en el deporte, mostrando así un compromiso sólido hacia la equidad en el fútbol peruano. Sin embargo, Guerrero no tiene tiempo para relajar la guardia. Con solo ocho partidos restantes en el Torneo Clausura, el delantero necesita urgentemente adaptarse y demostrar su condición física para poder ganarse un lugar en el once titular. El entorno competitivo es feroz y la presión recae sobre sus hombros, ya que si bien es una leyenda, la realidad del deporte profesional exige resultados inmediatos. Los entrenamientos del equipo, dirigidos por Mariano Soso, comenzarán sin Guerrero, quien se unirá al grupo el 2 de septiembre. La tarea será monumental: recuperar el ritmo necesario en un tiempo muy ajustado, y convencer al entrenador de que merece ser parte de las alineaciones en los partidos decisivos que vendrán. La afición aliancista espera ansiosa poder ver nuevamente a su '9' en el campo, pero también es consciente de que este regreso implica retos complicados. El contrato de Guerrero con Alianza Lima no solo se limita a aspectos deportivos. La situación con César Vallejo ha llevado a que el club tome medidas precautorias, incluyendo cláusulas específicas en el acuerdo que protegen a Alianza de posibles reclamaciones legales. La experiencia de Sellares resalta la importancia de tales acciones, sugiriendo que cualquier demanda probablemente recaerá más sobre Guerrero que sobre el club. Las tensiones entre César Vallejo y Alianza Lima han aumentado tras este conflicto. Richard Acuña, presidente de la institución trujillana, mostró su descontento ante la situación, afirmando que el caso de Guerrero es un ejemplo de las prácticas poco formales que, a su juicio, han comenzado a infiltrarse en el fútbol peruano. Su crítica ha resonado en algunos sectores, sugiriendo que hay una necesidad apremiante de formalizar las relaciones contractuales para evitar incidentes de este tipo en el futuro. Por su parte, el administrador de Alianza Lima, Rafael Medina, salió a defender la reputación del club, afirmando que en Alianza no se llevan a cabo las prácticas denunciadas por Acuña. Este intercambio de declaraciones pone de manifiesto la creciente tensión entre los dos clubes y resalta la necesidad de establecer un diálogo constructivo para resolver conflictos en lugar de dejar que se intensifiquen. A medida que se acerca el inicio de la nueva fase de Guerrero en Alianza Lima, los hinchas y críticos del deporte estarán atentos a su desempeño y a cómo se desarrollarán los acontecimientos legales tras su salida de César Vallejo. El tiempo dirá si este regreso será el cierre dorado que Paolo Guerrero se merece o si, por el contrario, se convertirá en un nuevo capítulo de controversia en su ya legendaria carrera.

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