Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
A medida que se desarrolla el Abierto de Mujeres en el icónico St Andrews, todas las miradas están puestas en Gemma Dryburgh, una golfista de 31 años de Aberdeen que está ansiosa por dejar su huella en el campo mientras aumenta sus posibilidades de ser seleccionada para el equipo europeo de la Copa Solheim. Con el prestigioso evento acercándose el próximo mes en Virginia, Dryburgh ve esta semana como una oportunidad crucial para mostrar su talento y consolidar su posición ante los seleccionadores. La experiencia de Dryburgh en la Copa Solheim es significativa; jugó un papel crucial en ayudar a Europa a retener el trofeo en España el año pasado, contribuyendo con puntos valiosos mientras el equipo lograba una notable remontada de un abrumador déficit de 4-0 para terminar en un empate. Esta actuación pasada ha elevado las expectativas para sus aspiraciones esta semana, especialmente porque actualmente está fuera de la contienda por un lugar de clasificación automática. Mientras compite por la codiciada selección de capitán de Suzanne Peterson, Dryburgh entiende que una actuación sólida en St Andrews podría marcar la diferencia. "Ha sido un gran objetivo para mí volver a ese equipo," expresó Dryburgh a BBC Sport Scotland. "Espero que una buena semana aquí quizás me consiga una selección. Estoy deseando estar allí y manteniendo eso en mi mente." Su determinación es palpable, y la presión de competir en un lugar tan legendario solo añade a su motivación. A pesar de sus profundas conexiones con St Andrews, habiendo visitado a menudo cuando era niña para disfrutar del acuario local y el putting green de los Himalayas, Dryburgh solo ha jugado en el famoso Old Course una vez antes. Sin embargo, esta experiencia limitada no disminuye su emoción. "Lo he tenido marcado en mi calendario durante varios años," compartió. Para Dryburgh, jugar en St Andrews no es solo otro torneo; es un sueño hecho realidad competir en el escenario más icónico del golf. Al pisar el campo, Dryburgh lleva no solo sus propias ambiciones, sino también las esperanzas de sus seguidores que están ansiosos por verla triunfar. Los próximos días pondrán a prueba sus habilidades, resiliencia y estrategia, pero una cosa es clara: ya sea que logre o no un lugar en el equipo de la Copa Solheim, su pasión por el juego y su conexión con este lugar histórico sin duda brillarán. A medida que avanza el torneo, los entusiastas del golf estarán observando de cerca cómo se desarrolla el viaje de Dryburgh en St Andrews.