Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Cristiano Ronaldo, a menudo aclamado como uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos, es tan famoso por su extraordinaria habilidad para marcar goles como por sus reacciones dramáticas y a veces teatrales en el campo. El perfeccionismo y la naturaleza competitiva de Ronaldo han alimentado su éxito, pero también han conducido a momentos de frustración que a menudo culminan en rabietas que dejan a los aficionados y expertos tanto divertidos como desconcertados. La reciente final de la Supercopa Saudí contra Al Hilal proporcionó otra instancia del talento dramático de Ronaldo. Después de marcar un gol justo antes del medio tiempo, parecía que Al Nassr estaba al borde de la victoria. Sin embargo, un desastroso segundo tiempo los llevó a una derrota de 4-1. En un arrebato de frustración, Ronaldo gesticuló teatralmente a sus compañeros, señalando que se habían "ido a dormir". En lo que muchos han denominado la pièce de résistance, hizo un gesto grosero que insinuaba que sus compañeros habían perdido la compostura. La escena se culminó cuando se negó a recoger su medalla de subcampeón mientras se marchaba enfadado hacia el vestuario. Esta demostración borró las líneas entre la comedia y la absurdidad, encarnando el momento quintessential de Ronaldo que deja al mundo del fútbol tanto entretenido como confundido. Otro incidente notable ocurrió durante un tenso partido contra el Everton, donde las frustraciones de Ronaldo estallaron tras una decepcionante derrota 1-0. Al salir del campo, fue captado por las cámaras golpeando un teléfono móvil de la mano de un aficionado, lo que resultó en que el dispositivo se rompiera en el suelo. Aunque Ronaldo luego ofreció una disculpa, el incidente levantó cejas y provocó discusiones sobre el espíritu deportivo, incluso entre sus más fervientes seguidores. La pasión de Ronaldo no se limita al fútbol de clubes; también se extiende a las competiciones internacionales. En un clasificatorio para la Copa del Mundo contra Serbia, mostró su rabia infantil cuando se anuló un gol de último minuto que había marcado debido a una decisión controvertida. Tras perder su oportunidad de gloria, se quitó el brazalete de capitán y abandonó el campo, mostrando su incapacidad para disimular la decepción, incluso en el ocaso de su carrera. En un deporte donde las emociones son intensas, tales estallidos suelen recibir reacciones mixtas de aficionados y críticos por igual. Un momento memorable en la carrera de Ronaldo ocurrió durante un partido de la Champions League contra el Valencia, cuando recibió una tarjeta roja por lo que parecía ser un incidente inofensivo. La incredulidad en su rostro mientras discutía con el árbitro, seguida de su emotiva salida del campo, mostró un lado de él que a menudo se ve opacado por su brillantez en el terreno de juego. La tarjeta roja fue finalmente retirada, pero las lágrimas que derramó ese día resaltaron el peso que él otorga a cada partido, especialmente a un nivel tan élite. La naturaleza competitiva de Ronaldo también sale a relucir en momentos que involucran a sus compañeros de equipo. Cuando un compañero anotó accidentalmente en su contra, la furia de Ronaldo fue palpable. Se retiró del campo y reprendió a su propio equipo, enfatizando su incansable impulso por ser el máximo goleador. Este no fue un incidente aislado; su reacción ante un gol anulado durante un partido entre Portugal y España, donde sintió que le habían robado un momento histórico, resultó en una dramática muestra de frustración dirigida a Nani, el compañero que arruinó el momento sin querer. Incluso en sus primeros días en el Manchester United, las frustraciones de Ronaldo eran evidentes. Después de ser sustituido durante un partido crucial, se retiró enfadado, arrojando su abrigo en señal de protesta. Tales momentos encapsulan el funcionamiento interno de un jugador cuya ambición es tan profunda como su talento, impulsándolo a buscar la perfección en cada partido. A medida que Ronaldo continúa su carrera en Arabia Saudita a la edad de 39 años, sus rabietas sirven como un recordatorio del feroz competidor que se oculta bajo su exterior pulido. Si bien los aficionados pueden encontrar diversión en estos episodios, también reflejan la intensa presión y expectativa que rodean a uno de los íconos del deporte. Ya sea visto como infantil o apasionado, no se puede negar que las reacciones emocionales de Ronaldo son tan parte de su legado como los innumerables goles que ha marcado a lo largo de su ilustre carrera.