Perú debuta en el Mundial de Vóley con gran apoyo pero cae ante Brasil

El Coliseo Eduardo Dibós se convirtió una vez más en el epicentro del deporte peruano, albergando un evento que capturó la atención de miles de aficionados. A medida que se abrían las puertas del recinto, la atmósfera vibrante evidenciaba la pasión que envuelve al voleibol en nuestro país. Con las tribunas repletas de hinchas vestidos de blanquirrojo, la selección peruana Sub-17 se preparaba para su debut en el Mundial de Vóley ante Brasil, un encuentro que prometía emociones y desafíos. La selección peruana llegaba a este torneo tras una destacada actuación en el Sudamericano y la Copa Panamericana, donde obtuvieron la medalla de bronce y el subcampeonato, respectivamente. Esta preparación intensiva, sumada a la experiencia de amistosos internacionales, generó un ambiente de optimismo y expectativas entre los seguidores. A pesar de la derrota 3-0 frente a la poderosa selección brasileña, el desempeño del equipo dejó gratas sensaciones y esperanzas para los próximos partidos. El primer set del encuentro mostró a un Perú concentrado y ordenado, con la líbero Liana Torres destacándose en defensa, salvando balones y manteniendo la recepción casi impenetrable. La armadora Alexa Vega ofreció una buena distribución del juego, mientras que la capitana Ariana Vásquez se convirtió en una pieza clave, incrementando su rendimiento a medida que avanzaba el set. Sin embargo, a pesar de un esfuerzo admirable, el equipo no pudo evitar caer 25-20, mostrando más mérito del rival que errores propios. En el segundo set, Perú continuó mostrando agresividad a través de las atacantes Paola Moreano y Ariana Vásquez, logrando tomar una ventaja inicial de 15-13. Con Gianella Chanca contribuyendo desde el fondo, el equipo parecía encaminado a un resultado positivo. Sin embargo, el desgaste físico comenzó a evidenciarse, y a pesar de los intentos, el equipo se estancó en 15 puntos, perdiendo nuevamente el set ante la sólida defensa brasileña. El tercer set fue el más complicado para Perú. Con el ingreso de nuevas jugadoras como Galilea Fuentes y Brenda Ampuera, el equipo buscó revitalizarse. A pesar de la buena intención, la falta de concentración y el cansancio se hicieron notar, resultando en una derrota más amplia por 25-16. Sin embargo, a pesar de la contundencia del marcador, el equipo dejó claro que la lucha y la entrega estaban presentes en el campo, lo que puede augurar un futuro prometedor. Las actuaciones individuales de varias jugadoras fueron notables a lo largo del encuentro. Liana Torres, como líbero, se erigió como la columna vertebral del equipo, mientras que Ariana Vásquez destacó en ataque, superando el bloqueo de Brasil. Paola Moreano, aunque comenzó fuerte, vio mermar su desempeño frente a la defensa rival, mientras que Gianella Chanca, a pesar de algunos errores, contribuyó en momentos clave. El evento, que no solo reunió a aficionados del voleibol, sino también a familias enteras, logró unir a la comunidad en torno a un mismo objetivo: apoyar a la selección peruana. En medio de la emoción del debut, los asistentes llenaron el Coliseo Dibós con cánticos y aplausos, creando un ambiente efervescente que recordaba los mejores momentos del deporte nacional. A medida que el torneo avanza, Perú tendrá la oportunidad de demostrar su valía en el próximo encuentro contra Canadá. A pesar de los altibajos en su debut, la expectativa sigue siendo alta, y las chicas tienen la oportunidad de reponerse y buscar su primera victoria en este Mundial. Los entrenamientos y la preparación serán cruciales en estos días previos. La fiesta del voleibol mundial también se hizo sentir en otros encuentros, como el contundente triunfo de Argentina sobre Egipto y la emocionante remontada de Italia ante México. La competencia se torna cada vez más intensa, y cada selección en el Mundial busca dejar su huella. Sin duda, el debut de Perú ha sido una muestra de que el deporte nacional sigue vivo, fuerte y con ganas de seguir luchando. En un futuro cercano, no solo se espera que el equipo peruano luzca mejor en la cancha, sino que también se anhela que la afición continúe apoyando a su selección, convirtiendo cada partido en una celebración del deporte. Con un Coliseo Dibós que vibra con cada punto, el voleibol en Perú sigue siendo un motivo de orgullo y esperanza, un recordatorio de que, independientemente del resultado, hay un compromiso y un amor incondicional por la camiseta.