Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
A medida que se acerca la temporada de la Premier League, el escrutinio sobre el impacto ambiental de las decisiones de viaje de los equipos se ha intensificado, particularmente en lo que respecta al uso de vuelos chárter para los partidos fuera de casa. Este tema ha ganado relevancia a medida que la crisis climática global exige una acción inmediata de todos los sectores, incluidos los deportes profesionales. The Athletic reveló recientemente que, en los últimos diez partidos de la temporada 2023-24, los clubes de la Premier League realizaron al menos 58 viajes utilizando vuelos chárter, a pesar de que muchos de estos partidos se encuentran a una distancia razonable para conducir. Esta tendencia destaca una práctica de larga data en la que los clubes priorizan la eficiencia y la recuperación de los jugadores sobre las opciones de viaje sostenibles, volando a menudo incluso para distancias cortas. Por ejemplo, el vuelo del Aston Villa de Birmingham a Kent, un trayecto de aproximadamente 130 millas, les ahorró alrededor de una hora en comparación con el viaje por carretera, pero suscitó interrogantes sobre el costo ambiental de tales decisiones. Los clubes han citado factores como preocupaciones de seguridad, desafíos en la reserva de viajes y la falta de fiabilidad de los servicios ferroviarios como razones para optar por volar. En una liga donde el rendimiento y la recuperación son primordiales, los equipos argumentan que volar permite a los jugadores mantener sus rutinas, minimizando las interrupciones causadas por largos viajes en autobús. Sin embargo, los expertos sugieren que esta justificación carece de evidencia sustancial; aunque existe la percepción de una mejor preparación, no hay investigaciones definitivas que demuestren que volar mejora significativamente el rendimiento de los jugadores en comparación con los viajes por tierra. El impacto ambiental de estos vuelos es alarmante. Una investigación realizada por Possible indica que, en solo una temporada, los vuelos del Manchester City resultaron en una asombrosa emisión de 56 toneladas de dióxido de carbono. En comparación, la misma distancia recorrida por un autobús eléctrico produciría emisiones equivalentes a poco más de 21 años de viajes, destacando el marcado contraste entre volar y las opciones de transporte terrestre sostenibles. A pesar de la reacción negativa, algunos clubes están tomando medidas hacia la sostenibilidad. Equipos como el Arsenal, Liverpool y Tottenham se han comprometido a utilizar fuentes de energía de bajo carbono y a minimizar los viajes aéreos siempre que sea posible. Iniciativas como el Marco de Acción Climática para el Deporte de las Naciones Unidas (UNSCAF) tienen como objetivo guiar a los clubes en la reducción de su huella de carbono, con una meta colectiva de alcanzar cero emisiones netas para 2040. Sin embargo, por cada club que se compromete a reducir sus emisiones, hay otros tantos que resisten el cambio, posiblemente temiendo los desafíos logísticos de alejarse de los viajes aéreos. Organizaciones como Football For Future y Fossil Free Football abogan por una mayor responsabilidad y transparencia por parte de los clubes con respecto a sus emisiones de viaje. Subrayan la importancia de dar un ejemplo, instando a los equipos a inspirar a los aficionados y a otras organizaciones a adoptar prácticas más sostenibles. A medida que crece la conciencia pública sobre los problemas climáticos, la presión sobre los clubes de la Premier League para reevaluar sus políticas de viaje se intensifica. La paradoja de instar a los aficionados a minimizar su huella de carbono mientras se continúa utilizando vuelos chárter no solo arriesga dañar la reputación de los clubes, sino que también socava sus esfuerzos de sostenibilidad. Hay un llamado creciente para que los clubes reconsideren sus estrategias de viaje y adopten alternativas más amigables con el medio ambiente; después de todo, el futuro del fútbol podría depender de las acciones que se tomen hoy para proteger el planeta.