Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El regreso de Walker Buehler a los Los Angeles Dodgers el miércoles por la noche estuvo marcado por una mezcla de anticipación y trepidación, ya que el talentoso diestro se subió a la lomita por primera vez en dos meses tras su segunda cirugía de Tommy John. Los aficionados esperaban ver a un Buehler rejuvenecido, quizás exhibiendo un conjunto de habilidades refinadas que fortalecería las aspiraciones de playoffs de los Dodgers. En cambio, fueron testigos de una narrativa familiar plagada de los mismos problemas de control que lo han atormentado a lo largo de su tumultuosa recuperación. A pesar de un comienzo prometedor en el juego, con una ventaja de tres carreras antes de que él incluso lanzara, la noche de Buehler rápidamente se convirtió en caos. Sus frustraciones se hicieron evidentes temprano, estallando después de apenas dos bateadores en su salida. Caminando a los bateadores hasta llenar las bases sin registrar un out, se encontró en una posición precaria que finalmente le costó a los Dodgers un partido reñido, 5-4, rompiendo su racha de cinco victorias consecutivas. Un error crítico en el jardín derecho por parte de Mookie Betts permitió que la carrera ganadora cruzara el plato, enfatizando aún más las luchas que enfrentó Buehler en la lomita. El manager de los Dodgers, Dave Roberts, expresó su decepción por el desempeño de Buehler, señalando que su lanzador parecía estar "fuera de sincronía". De hecho, el problema subyacente para Buehler ha sido una lucha continua con el control, un área que había tratado de mejorar durante su tiempo en la lista de lesionados. A pesar de adoptar una entrega modificada y trabajar en su mecánica en Cressey Sports Performance en Florida, los resultados no se materializaron como se esperaba. Buehler caminó a cuatro de los 18 bateadores durante su inicio, lidiando con siete conteos de tres bolas y mostrando una falta de control que resultó en una efectividad de 5.84 en sus ocho aperturas anteriores. Después del juego, Buehler fue sincero sobre sus dificultades continuas, admitiendo: "Sigo intentando esto y aquello y esto y aquello y no he encontrado lo que realmente funcione." Su entrega sigue siendo inconsistente y defectuosa, caracterizada por "demasiados fallos" y "demasiados huecos" que le impiden ejecutar los lanzamientos como pretendía. En su tiempo limitado en la lomita desde su regreso de la lesión, Buehler ha luchado por replicar la forma que una vez lo convirtió en un prometedor as para los Dodgers. La decisión del club de promoverlo desde una asignación de rehabilitación—pese a los evidentes problemas de control—habla mucho sobre su fe en sus habilidades, pero el tiempo se está agotando. Con los Dodgers compitiendo por un final sólido en la temporada regular y una prometedora carrera en los playoffs, la necesidad de que Buehler encuentre su ritmo es primordial. Roberts reconoció la incertidumbre que rodea las futuras aperturas de Buehler, afirmando: "Es una pregunta justa... Creo que, con el historial, ciertamente merece una pista más larga." Sin embargo, el manager también reconoció la feroz competencia en la división, ya que los San Diego Padres y los Arizona Diamondbacks continúan persiguiendo de cerca. Incluso en medio de la turbulencia, Buehler sigue siendo optimista. Expresó que se siente "más cerca" de su forma anterior, señalando la ausencia de dolor en su codo y cadera después del partido. Sin embargo, transformar ese optimismo en salidas efectivas ha demostrado ser un desafío. Los Dodgers se encuentran en un punto crucial, donde las apuestas aumentan con cada entrada que lanza Buehler. A medida que el equipo lidia con la pregunta de cuánto tiempo darle a Buehler para recuperar su posición, el sentimiento subyacente sigue siendo claro: el rendimiento es imperativo en un deporte donde las apuestas son altas y los márgenes de error son escasos. Mientras miran hacia octubre, los Dodgers necesitan que su antiguo as se levante a la ocasión. El tiempo para la paciencia se está agotando, y la urgencia por la producción es palpable—tanto para Buehler como para el equipo en su conjunto.