Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
A medida que el pentatlón moderno se prepara para su última aparición olímpica en París el próximo año, tanto atletas como aficionados se encuentran reflexionando sobre el futuro de este ecléctico deporte. Con raíces en las hazañas militares del siglo XIX, el pentatlón moderno fue diseñado por Pierre de Coubertin, el fundador del movimiento olímpico moderno, como una prueba de versatilidad y resistencia, cualidades propias de un oficial de caballería. Este evento único combina esgrima, natación, equitación, carrera y tiro en una sola competencia que ha intrigado a los espectadores durante más de un siglo. Sin embargo, el deporte se enfrenta a un momento crítico. Las recientes controversias en torno al bienestar equino durante los Juegos de Tokio han ensombrecido su futuro, lo que ha llevado a la Unión Internacional de Pentatlón Moderno (U.I.P.M.) a tomar medidas decisivas. En un movimiento que señala un cambio significativo para el deporte, el organismo rector votó en 2021 para reinventar el pentatlón para la era moderna, lo que ha llevado a cambios drásticos en su estructura. A medida que se acerca la cuenta regresiva hacia los Juegos de París, los pentatletas aún competirán en las cinco disciplinas tradicionales. Sin embargo, las apuestas son más altas mientras el deporte se prepara para transitar a un formato completamente nuevo para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. La versión actualizada reemplazará el componente ecuestre con un curso de obstáculos estilo "Ninja Warrior", un cambio destinado a mejorar tanto la accesibilidad como el compromiso del público. Klaus Schormann, presidente de la U.I.P.M., enfatiza la urgencia de estos cambios. "Tuvimos que reducir su costo y mejorar su accesibilidad", comentó, reconociendo la necesidad de evolucionar en un panorama deportivo que cambia rápidamente. Shiny Fang, secretaria general de la U.I.P.M., expresó un sentimiento similar, afirmando que el nuevo formato es "perfecto para la audiencia televisiva", sugiriendo que el cambio no es simplemente una respuesta a las críticas, sino una estrategia calculada para aumentar la visibilidad y el atractivo del deporte. La decisión de implementar un curso de obstáculos físicamente exigente refleja una tendencia más amplia dentro del deporte para atraer a audiencias más jóvenes y adaptarse a los gustos contemporáneos. La transformación también plantea preguntas sobre la identidad del propio pentatlón moderno. ¿Retendrá aún la esencia de la visión original de de Coubertin, o se convertirá en algo completamente diferente: un espectáculo diseñado más para el entretenimiento que como una prueba de destreza atlética clásica? Para los pentatletas actuales, los próximos eventos en París representan una despedida agridulce del formato tradicional para el que han entrenado. A medida que se preparan para lo que podría ser su última oportunidad de competir en el deporte tal como lo conocen, su futuro permanece incierto. El cambio hacia un curso de obstáculos es indicativo de un deporte que lucha con su relevancia en un mundo que ya no comparte los mismos valores que cuando fue concebido por primera vez. Frente a estos cambios, tanto pentatletas como aficionados se ven obligados a reflexionar sobre el futuro. ¿Dará esta nueva dirección audaz un nuevo aliento al pentatlón moderno, o diluirá la rica historia y complejidad que han definido esta competencia única? A medida que comienza la cuenta regresiva hacia París, las respuestas permanecen envueltas en la incertidumbre, pero una cosa es clara: el pentatlón moderno está en una encrucijada, listo para su último viaje hacia una nueva frontera.