Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
María Belén Bazo ha dejado una huella imborrable en la historia del deporte peruano, convirtiéndose en una figura emblemática tras su participación en los Juegos Olímpicos de París 2024. Su destacada actuación en las regatas de windsurf (iQFOiL) culminó en un cuarto puesto en la clasificación general, un resultado que no solo le valió un diploma olímpico, sino que también la posiciona como la mejor competidora de vela en la historia del país. Este logro es significativo, ya que se sitúa justo detrás de las medallas que han logrado otros deportistas peruanos a lo largo de los años, como es el caso de Alonso Correa en surf y Francisco Boza en tiro. La historia de María Belén no es solo la de una atleta talentosa, sino también la de una joven cuya vida ha estado marcada por el sacrificio y la dedicación. Desde sus inicios en la gimnasia, deporte que practicaba en su colegio, hasta su transición al windsurf, Bazo ha mostrado una determinación inquebrantable. Su madre, Pilar Germán, desempeñó un papel crucial en su vida, no solo como madre, sino como su mayor apoyo. La pérdida de Pilar este año ha sido una experiencia devastadora para María Belén, pero también una fuente de fortaleza que la impulsó a seguir adelante. La trayectoria de Bazo es un testimonio del esfuerzo que implica alcanzar el nivel olímpico. En sus primeros años, tuvo que enfrentarse a lesiones que la llevaron a reconsiderar su futuro en la gimnasia. Sin embargo, el llamado del mar y la tradición familiar en el deporte náutico la guiaron hacia el windsurf. Con cada nuevo desafío, desde las competencias nacionales hasta los torneos internacionales, su pasión por la vela se intensificó, llevándola a competir en el más alto nivel. La participación de María Belén en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, aunque no culminó en una medalla, fue un paso fundamental en su desarrollo como atleta. Aprendió y creció en cada regata, y esa experiencia fue vital para su actuación en París. Sus cuatro años de preparación la llevaron a posicionarse entre las mejores, alcanzando las semifinales y quedando a solo unos segundos de disputar una medalla, una hazaña que resonó profundamente en la afición peruana. María Belén ha sido reconocida por su carácter humilde y su dedicación, la misma que la llevó a buscar apoyo financiero a través de plataformas como makeachamp.com. Su historia inspira a muchos jóvenes deportistas que, como ella, sueñan con representar a Perú en competencias internacionales. La recaudación de seis mil dólares en 2016 para sus entrenamientos es un claro reflejo de su tenacidad y de la necesidad de apoyo que enfrentan los atletas en el país. A pesar de los obstáculos, incluyendo su lucha por adaptarse a una nueva modalidad de windsurf en la que "vuela", como describen los expertos, María Belén ha demostrado que el sacrificio vale la pena. Su conexión con el mar, que ha sido parte de su vida desde la infancia, se convirtió en el motor que la impulsó a seguir adelante. El apoyo de su familia fue fundamental, y su padre, Don Fernando Bazo, expresó su orgullo al ver a su hija competir en este escenario mundial. La emoción vivida durante las regatas fue palpable no solo para ella, sino para todos los peruanos que la animaban desde la distancia. Su desempeño en París, donde logró un diploma olímpico, resuena con la misma intensidad que los momentos vividos por otros atletas peruanos en Juegos Olímpicos pasados. La cercanía a una medalla, aunque no se concretó, no resta valor a su hazaña; al contrario, la engrandece. En el contexto de los deportes peruanos, María Belén Bazo se ha convertido en un símbolo de esperanza y superación. Su historia es un recordatorio de que el camino hacia el éxito está lleno de desafíos, pero también de oportunidades. La joven atleta ha demostrado que con trabajo arduo y determinación, es posible alcanzar las metas más ambiciosas. A medida que el mundo del deporte se prepara para recibir a futuros talentos, el ejemplo de María Belén sirve como faro para aquellos que desean luchar por sus sueños. Con cada ola que surca, cada competencia que dispute y cada victoria que logre, María Belén Bazo se consolida como un nombre que quedará en la memoria del deporte peruano por generaciones. La niña que encontró su pasión en el mar ha crecido para convertirse en una leyenda viva, y su legado apenas comienza.