Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un evento que ha capturado la atención del mundo, el surfista brasileño Gabriel Medina ha dejado su huella en los Juegos Olímpicos de París 2024 con una acrobacia que no solo ha deslumbrado a los espectadores, sino que también ha sido inmortalizada en una imagen que se perfila como una de las más espectaculares de la historia del deporte. Esta toma, capturada en la emblemática playa de Teahupo'o en Tahití, muestra a Medina en un momento de pura euforia suspendido en el aire, con su brazo derecho levantado y el dedo índice apuntando al cielo, tras montar una ola de dimensiones extraordinarias. El fotógrafo francés Jerome Brouillet, de la agencia AFP, fue el encargado de inmortalizar este instante. Preparado y atento, Brouillet había anticipado la posibilidad de que Medina hiciera algo especial. "Todos los fotógrafos esperaban ese momento", comentó el fotógrafo. Consciente de la fama de Medina en Teahupo'o, sabía que el surfista brasileño iba a ofrecer un espectáculo de alto calibre. En el preciso instante en que Medina se elevó sobre su tabla, Brouillet presionó el obturador, y desde ese momento, intuyó que había capturado algo excepcional. La imagen, que ha sido aclamada no solo por su belleza estética sino también por la narrativa de acción que presenta, ha logrado captar la esencia del surf y la emoción de la competencia. "El único momento complicado es saber dónde va a haber ese remate", explica Brouillet, quien, a pesar de la dificultad, logró anticipar el momento clave. La captura no solo muestra a Medina en su acrobacia, sino que también destaca su tabla flotando en el aire, añadiendo una dimensión especial a la fotografía. Es importante señalar que el talento de Brouillet no es casual. Con 41 años de experiencia en la fotografía de surf, ha perfeccionado su técnica para capturar la acción en condiciones desafiantes. "Cuando disparo en Teahupo'o no lo hago en un modo de ráfaga tan alta porque no me gusta volver con miles de imágenes", relata. Su enfoque meticuloso y su capacidad para elegir el momento adecuado han dado como resultado esta toma icónica. La repercusión de la imagen ha sido inmediata. La propia estrella del surf, Gabriel Medina, no tardó en compartirla en su cuenta de Instagram, donde en menos de 24 horas acumuló casi 5 millones de "me gusta". Este fenómeno no solo habla del talento de Medina, sino también del impacto que las redes sociales tienen en la difusión de momentos deportivos. La imagen se ha compartido de manera viral en diversas plataformas, siendo utilizada por medios de comunicación de todo el mundo. Sin embargo, a pesar de la notoriedad que ha adquirido su fotografía, Brouillet mantiene la humildad y la dedicación al trabajo. En una reciente declaración, el fotógrafo mencionó que, aunque la celebración por esta captura es inminente, aún tiene la responsabilidad de cubrir las finales de la competencia. La pasión por su oficio lo lleva a priorizar su trabajo sobre los elogios inmediatos. Las dificultades del trabajo de un fotógrafo de surf son evidentes, especialmente en un lugar como Teahupo'o, donde las condiciones del mar pueden ser impredecibles. Brouillet, quien se encuentra durmiendo en la casa de un amigo cerca de la playa, se prepara para el siguiente día con la misma determinación que mostró al capturar la imagen de Medina. "Tendremos una noche tranquila porque si mañana se celebra el evento, ¡tengo que levantarme a las 5 de la mañana!", comenta con un dejo de humor. La imagen de Gabriel Medina no solo simboliza un momento culminante de su carrera, sino que también se ha convertido en un símbolo del surf en el contexto olímpico. Con la inclusión de este deporte en los Juegos Olímpicos, la visibilidad y el reconocimiento del surf están experimentando un auge sin precedentes. La captura de Brouillet se erige como un testimonio de este crecimiento, mostrando la belleza y la adrenalina que caracterizan a este deporte. Con los Juegos Olímpicos en pleno desarrollo, la historia de Medina y la fotografía de Brouillet son solo un capítulo de un evento lleno de momentos memorables. Al igual que en el surf, donde cada ola representa una oportunidad, cada imagen captura un instante que puede resonar a través del tiempo. Sin duda, el surf continuará dejando su huella en el corazón de los aficionados, y la imagen de Medina será recordada como uno de esos momentos que trascienden el deporte.