Canadá apela la decisión de la FIFA mientras el equipo femenino enfrenta las consecuencias del escándalo de los drones.

En un giro sorprendente en los Juegos de París, el Comité Olímpico Canadiense (COC) y Canada Soccer han decidido impugnar el reciente fallo de la FIFA que impuso una deducción de seis puntos al equipo femenino de fútbol de Canadá. Esta decisión surge de un incidente con un dron que ocurrió antes del torneo, donde se descubrió que un miembro del personal estaba operando un dron sobre las sesiones de entrenamiento del equipo de Nueva Zelanda. La decisión de la FIFA ha generado una controversia significativa, ya que el COC y Canada Soccer argumentan que penaliza injustamente a las atletas, quienes no tuvieron ningún papel en las acciones del miembro del personal. La apelación, presentada el lunes ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), subraya la creencia de que el castigo va más allá de restablecer la equidad en la competición contra Nueva Zelanda, donde el incidente salió a la luz por primera vez. La cronología de los eventos sugiere una grave violación del protocolo. El incidente de espionaje con el dron llamó la atención pública el 22 de julio, cuando miembros del personal de Nueva Zelanda informaron sobre la presencia de un dron durante su práctica. Las autoridades rastrearon el dron hasta Joseph Lombardi, un analista del equipo femenino canadiense. Desde entonces, ha surgido información adicional sobre otra aparición de un dron el 19 de julio, lo que complica aún más la situación para Canada Soccer. El fallo de la FIFA no solo impuso una deducción de seis puntos, sino que también llevó a la suspensión de la entrenadora principal Bev Priestman y de otros dos miembros del personal del equipo durante un año, junto con una sanción financiera. Mientras que la apelación busca abordar la deducción de puntos y sus implicaciones para la posición del equipo en el torneo, Canadá ha optado por no impugnar las suspensiones de los miembros del personal involucrados. Actualmente, el equipo femenino canadiense ha enfrentado las consecuencias de la deducción, situándose ahora tercero en el Grupo A con cero puntos a pesar de haber ganado sus dos primeros partidos contra Nueva Zelanda y Francia. Con su último partido de la fase de grupos contra Colombia a la vista, aún queda un rayo de esperanza para avanzar en el torneo. Una victoria mantendría sus esperanzas vivas, pero la restauración de los seis puntos alteraría drásticamente su posición, colocándolos potencialmente en la cima del grupo. Las implicaciones del incidente han suscitado una conversación más amplia sobre la cultura dentro de Canada Soccer. En una declaración, el CEO de Canada Soccer, Kevin Blue, expresó su preocupación por una "potencial cultura sistémica de vigilancia profundamente arraigada" entre los equipos. Esta revelación plantea preguntas sobre la gobernanza y los estándares éticos que se mantienen dentro del deporte. La ministra canadiense de deportes, Carla Qualtrough, ha intervenido a nivel gubernamental, afirmando que la financiación relacionada con los funcionarios suspendidos se retendrá durante la duración de sus suspensiones por parte de la FIFA. Este movimiento destaca la seriedad con que el gobierno está tratando el incidente y sus repercusiones para el fútbol canadiense. A medida que se desarrolla la apelación, todas las miradas estarán puestas en el Tribunal de Arbitraje Deportivo. Se espera que se lleve a cabo una audiencia de manera inminente, con un fallo que se espera poco después, justo antes de un partido importante para el equipo canadiense. El resultado podría no solo influir en su futuro inmediato en el torneo, sino también sentar un precedente sobre cómo se manejan incidentes similares en el ámbito del deporte profesional.