El Consejo de Elmbridge da luz verde a las canchas de pádel en medio de preocupaciones por el ruido de los residentes.

En un movimiento que ha generado una mezcla de emoción y aprensión entre los residentes locales, el Consejo Municipal de Elmbridge ha aprobado planes para tres nuevas canchas de pádel en el Club de Tenis de St George's Hill en Weybridge. La decisión, alcanzada el martes con una votación de ocho a cinco, se tomó a pesar de las preocupaciones expresadas por algunos residentes sobre las posibles molestias por ruido asociadas con el deporte. El pádel, que combina elementos del tenis y el squash y se juega típicamente en dobles, ha ganado popularidad en el Reino Unido en los últimos años. Sin embargo, su introducción en medio de una exclusiva zona residencial ha suscitado preocupaciones sobre el impacto en el entorno tranquilo que los residentes valoran. Los opositores al plan expresaron sus inquietudes durante las reuniones del consejo, describiendo el área como un vecindario "hermoso y residencial" que debería ser preservado. La decisión del consejo de aprobar las canchas de pádel se tomó después de que la solicitud se pospusiera inicialmente en octubre. La demora se atribuyó a una serie de objeciones de los vecinos, quienes se encargaron de encargar sus propias evaluaciones de impacto acústico. Estos informes fueron presentados al comité de planificación, reflejando un esfuerzo organizado por parte de los residentes para resaltar el potencial de molestias por ruido de las nuevas canchas. Los partidarios de las canchas de pádel, incluidos miembros del club de tenis, argumentan que la adición mejorará las instalaciones disponibles para los residentes y promoverá estilos de vida más saludables y activos. Sostienen que el deporte es inherentemente menos ruidoso que el tenis tradicional debido a su menor tamaño de cancha y al impacto más suave de la pelota en las paredes, lo que lo convierte en una opción más adecuada para la comunidad. Los miembros del consejo que votaron a favor de la solicitud reconocieron las preocupaciones, pero expresaron confianza en el compromiso del club para gestionar efectivamente los niveles de ruido. Enfatizaron la creciente popularidad del pádel y sus posibles beneficios para la participación comunitaria y las oportunidades recreativas. A medida que el desarrollo avanza, queda por ver cómo serán recibidas las canchas de pádel por la comunidad en general. Mientras algunos residentes están ansiosos por adoptar esta nueva adición, otros estarán observando de cerca para asegurarse de que el encanto de su área residencial no se vea comprometido por los sonidos del deporte. La capacidad del club de tenis para encontrar un equilibrio entre proporcionar instalaciones recreativas y respetar la paz del vecindario será crucial en los próximos meses.