Paolo Guerrero: entre la adoración y la crítica, la fragilidad de un ídolo

Paolo Guerrero: entre la adoración y la crítica, la fragilidad de un ídolo

Paolo Guerrero: entre la idolatría y la fragilidad. La falta de empatía en la sociedad reflejada en su polémica carrera. Una llamada a la reflexión sobre su legado y la necesidad de asumir errores para un cierre acorde a su trayectoria.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Deportes

En noviembre del 2017, un editor de deportes de RPP llamado Pierre Manrique fue víctima de un linchamiento virtual por haber dado la primicia del "resultado analítico adverso" de Paolo Guerrero. Insultos, amenazas de muerte y un video viral en el que un cobarde lo increpaba en la calle fueron solo algunas de las manifestaciones de odio que recibió por simplemente hacer su trabajo. Este episodio refleja la deshumanización a la que fue sometido el delantero peruano cuando se dio a conocer su problema con el dopaje, dejando en evidencia la falta de empatía y compasión en ciertos sectores de la sociedad. En medio de aquella turbulencia, en la que la incredulidad se mezclaba con la confusión sobre cómo un metabolito de la cocaína había llegado al organismo de Guerrero, se desató una cacería de brujas en la que se señaló a todo aquel que estuviera cerca del jugador. Nadie parecía dispuesto a considerar la posibilidad de que Paolo, como cualquier ser humano, pudiera cometer un error. La presión mediática y la vorágine de opiniones polarizadas convirtieron a Guerrero en un ser intocable para muchos, una figura divinizada que no podía ser cuestionada. Ahora, en medio de un nuevo capítulo complicado en su carrera, Paolo Guerrero vuelve a ser centro de controversia. Su reciente conflicto con la Universidad César Vallejo, derivado de su negativa a jugar contra Alianza Lima, ha vuelto a poner en evidencia la fragilidad del ídolo ante las críticas y la incapacidad de aceptar errores. La reacción de ciertos sectores de la hinchada ante este episodio es nuevamente de negación, como si la mera posibilidad de que Guerrero se equivoque fuera inaceptable. Esta actitud de blindaje alrededor de una figura pública solo puede llevar a un estancamiento y a un distanciamiento de la realidad. La situación actual de Paolo Guerrero nos recuerda el concepto del 'sidieguismo', acuñado por Aldo Proietto en referencia a la falta de personas que le dijeran "no" a Diego Maradona, lo cual contribuyó a su decadencia. Guerrero parece estar atrapado en una dinámica similar, rodeado de aduladores que le impiden ver con claridad y le empujan hacia conflictos innecesarios. El legado de uno de los mejores futbolistas peruanos de la historia merece un cierre acorde a su trayectoria, lejos de enredos y disputas que empañen su figura. Resulta difícil comprender por qué Paolo Guerrero decidió prolongar su carrera tras su exitoso paso por la Liga de Quito y la conquista de la Copa Sudamericana. La comedia vergonzosa presenciada a inicios de año en Trujillo y los incidentes recientes pintan un panorama desalentador para el delantero. Es imperativo que alguien cercano a él, alguien que realmente le quiera y le respete, le hable con franqueza y le ayude a reconocer sus límites. Paolo Guerrero merece poner fin a esta espiral de conflictos y mirar hacia un futuro en el que su legado futbolístico brille sin las sombras de la polémica.

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